Pedro Juan Ávila J. - [Poeta Portorriquenho]
Pedro Juan Ávila Justiniano ha publicado las siguientes obras:
El drama, introducción a su estudio-Departamento de Instrucción 1992
Antología de autores manatieños-(Junto a la Dra. Milagros Agosto) Club
Altrusas de Manatí 1992
Para espigar mi poesía (Poesía)-Publicación del autor 1998
La noche desvelada (Poesía)-Editorial Ultimo Arcano 2003 (Mención de Honor
del Instituto del Literatura Puertorriqueña)
Temblor acorralado (Poesía)- Editorial Guajana 2005
La huella sobre el tiempo (poesía)- Obsidiana Press 2007
Acordes afanosos (Poesía) Inédita
Las obras dramáticas del autor están recogidas en su libro Del secreto al destello
Entre miserias vuelan los sueños-1991-Representada en el Ateneo
Puertorriqueño, American University y Centro
Cultural de Manatí
Hay un grito en mis huellas-1992- Ateneo Puertorriqueño, Centro Cultural de
Manatí y Teatro Fénix de Vega Baja
Asedio delirante-1994-Ateneo Puertorriqueño Y Teatro de la Inmaculada de
Manatí (A publicarse el el 2006 por la Editorial Tiempo
Nuevo, Colección Leopoldo Santiago Lavandero)
Juan Bobo y los Reyes Magos- 1995 Teatro Arcelay en Caguas, Director :Mario
Donate
La memoria del olvido-1998 American University, Teatro de Azua en República
Dominicana. (Publicada en el Boletín de Cine y
Teatro del Ateneo Puertorriqueño- enero a junio
de 2005)
El rastro del delirio-Próxima a representarse
Ávila Justiniano también tiene inédito un libro de narrativa.
Eramos
Enjambre jubiloso en el semblante del sol.
En el sobresalto del cielo,
miriadas admiradas mirando la arboleda.
Algazara de mieles en nuestros labios.
Un puñado indomable
sin almidones ni relojes.
La plaza
reunía para nosotros sus bancos y jardines.
A veces trillábamos las jorobas del mar;
hacíamos jugarretas a las olas,
llenábamos las manos de secretos de algodón.
Por aquellos caminos juveniles,
las espigas, estatuas del deseo,
solfeaban en el aire pegajozas tonadas.
Saltábamos de delicia en delicia,
magullábamos la desesperanza con pisadas audaces.
Esperábamos el desparpajo del nuevo día
que siempre convocaba de belleza en belleza la alegría.
De la tinaja de la noche
bebíamos el delirio de las estrellas en los coquíes.
Nos dormíamos con el aliento de los ángeles,
con la complicidad de su quietud,
Hasta el nuevo milagro.
Pedro Juan Ávila Justiniano
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