Helmut Jerí - Pabón (Perú-1982). Escritor, compositor, abogado y activista social, ha
publicado los libros: “El rostro del amor” (2002), “La última estación” (2008) y
Culpable: La noche (2010), también aparece en las antologías: “Veinte para los
dos” (2004) “Poetas, generación del 2000” ( 2006) en el Cd. “Voces de la poesía
peruana” (2006) “Algo de cierto” (2007) “Antología hispanoamericana de poesía”
(2009) “Lima, visiones desde el dibujo y la poesía” (2010) “Veinte poetas”
(2010), “Antología de relatos eróticos” (USA-2011). Así mismo textos suyos han
sido recogidos en diversas revistas físicas y virtuales del Perú y el
extranjero.
Escribe para el blog “La primera estación” de publicación
quincenal.
Integra diversos círculos
literarios en el Perú Latinoamérica y el resto del mundo.
Ha participado en diversos
eventos literarios dentro y fuera del Perú entre los que podemos mencionar: Encuentro
internacional de escritores Goya
(Argentina – 2011); Festival internacional de poesía (El Salvador – 2010); Festival de poesía Patio Azul
(Chavín – Perú 2012); Festival Internacional de poesía Cielo Abierto ( Barranca
– Lima 2007, 2008 y 2010); Festival internacional de poesía País Imaginario (
Lima - 2007); Feria internacional del libro de Lima (2006); Encuentro nacional de
escritores Manuel Jesús Baquerizo (Ica 2005, San Pedro de Llocc – 2010), entre otros.
Contato:
Blog:
www.jerihelmut.blogspot.com
Correo:
helmutjeri@hotmail.com
Poesias de Helmut Jerí
(Poemas extraídos
del libro: “La última estación” editorial Zignos – Perú / 2008)
1969
Por fin he llegado a la luna
para ir descubriendo
los cánceres de la humanidad
entiendo entonces
cuan ínfimos podemos ser,
ciervos de la codicia.
ríe la maldad
fragorosa
y nadie parece oír
a la capa de ozono
se le han corrido las costuras
el mar muerto ha sido
estrangulado
y no saben quién fue,
las moscas no es que vivan
algunas horas nada más
se suicidan porque les apesta
el hombre estiércol
por fin he llegado a la luna
y quiero ya partir a prisa
pues conmueve saberse parte
de la raza destructora.
mientras dos, pelean por
arrastrar
el universo a sus dominios:
miseria a la izquierda,
opulencia a la derecha
internados por alcoholismo
los ángeles de la guarda,
las hadas se han prostituido
por escasez de pan,
los niños ya no saben soñar
solo morir
no saben jugar,
han aprendido a matar....
mientras el clero,
vacaciona en Disneylandia
estoy de regreso ya
abatido por la aflicción
que vivir
se ha reducido
al alcance pernicioso
de las almas pervertidas
cada quien corre por su lado,
como si el mundo fuera ajeno
¡ay! si entendieran que árbol,
hombre, oro
no caben en un mismo ataúd
y cuando les digo que mirar de la
luna
abre profunda pena
recomiendan polarizarla
o mejor, ponerle cortina.
Réquiem
Siglo XXI
Lago
transparente, calidez,
revoloteando juntos peces y aves
Aire sutil que ranas y luciérnagas
saben morir en paz
De pronto Winchester funestas
o indolencia o avaricia
Entonces los lagos se tiñen
y ellos mueren a la mala, todos
Nubes que solían derrochar
agua clara y tibia
Cordillera regada de calma, vicuñas, silencio
Hasta que se opaca el cielo
y llueve ácido, triste
Ahí si que sufre, arde, muere,
vicuña y calma
Ártico blanco, que las noches,
tiene claridad tanta
Pingüinos elegantes
celebrando en fila la nada
Pierden luego sus smokins
a hierrazo limpio
El domingo en eso, colgados de oferta,
pingüino, maldad, estupidez
Bosques realmente verdes,
pintados con perfección Daliana
Conviven ursidos, orquídeas
y libertad inmaculada
Pero el nuevo día trae
combustible y motores fieros
Y la perfección se vuelve en duelo,
aplastados libertad, orquídea, ursidos
Solían melódicas tonadas pronunciar,
la tierra y el mar
Cómplices de interminables discusiones
entre grillo y lobriedad
Solían ,pues ahora se sientan a discutir,
misil, uranio y cal
La Pachamama
no lleva trago,
lleva un pañuelo para aplacar el llanto
Érase una vez
lagos, nubes, claridad y calma
De repente enfurecidas
se pronunciaron las almas muertas
Volviéndose sobre el hombre
y sus argumentos desalmados
Quedóse entonces vacía la tierra de insensibles y:
Salta, salta feliz la
Gacela...
Ortodoxia
Cortamos el orden habitual
de la rutina del
crepúsculo
y le caemos como
Inyección letal
al maldito reloj
¿Que tal si matamos el
tiempo
Con una suerte de crimen?
Podríamos amarnos
hasta rozar los nervios
La contundencia de tu
alfombra
Alcanza para cien
estaciones
Y me hace ignorar el
invierno
y sus malévolos planes
Podemos morir de pena,
de cáncer, incluso de
vacío
Pero no juntes las
piernas,
que no quiero morir de
olvido
La filosofía de tu regazo
pelea incansable
Con mi doctrinaria
entrepierna
Dogmática y escéptico,
somos diferentes,
ciertamente
por eso acabamos a
empellones
en estos cuerpos
humeantes
Humectada sábana
aquella que llamas piel
y que hoy deseo escalar
antes de caer la alborada
Afina los pezones
para poder sostenerme
Y prepara un café
para calmar el rumor
hedónico
si matáramos el tiempo
con esa suerte de crimen
el roce, el olvido, los
cuerpos…
MALDITO POETA...
...Que vive en las alcantarillas
de rata o lodo
corazón partido a patadas
(léase mentiras)
fumando por tener algo en la boca
que no sea ofensa
llorando con el afán
de lavar la mejilla tumefacta
... que duerme tan poco,
mucho pensando en como morir
incrustadas las maldiciones
de la providencia
acaso por pedirle a Dios ser más hombre
(menos Dios)
acaso por acusarlo de olvidadizo,
desalmado
...que desnuda el alma
para sucumbir ante la lluvia
es decir sucumbir de gusto,
locura o letargo
maldiciones de poeta
pueden ser mar, ocaso, flor
porque le hacen creer:
beldad, romanticismo, eternidad
... que husmea
bajo cada vestido
con afán de explorador
no descuida ni un milímetro de piel
cuando se vuelve aberración,
quiere a la fuerza instalarse
en cualquier glúteo prominente
pero:
la madrugada solo hereda, bragas desteñidas
.... que escribe en el baño
o a la hora de cenar
inventando musas
con tallas “B” de brasier
jugando al Rimbaud,
al Vallejo, al todos
pero:
tiene miedo el cobarde
cada vez que baila el lápiz
...que es maldito por alcantarilla,
insomnio o sexo
aunque en esencia sea
melancolía exagerada.
sin embargo en el fondo
no quiere cambiar el iluso
porque para él,
en la maldición yace la gloria...
Helmut Jerí
Todos os direitos autorais reservados ao autor.
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