Sponsor

AD BANNER

Últimas Postagens

DOSSIER DEL LIBRO: "OJALÁ QUE TE PISE UN TRANVÍA LLAMADO DESEO", DE ROLANDO REVAGLIATTI.


Dossier del libro: "Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo", de Rolando Revagliatti.
(A modo de Epílogo para la edición-e de “Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo”.)

________________________________________
El tranvía en cuestión

Voces diversas (¿vocinglerío?), fragmentos que deben haber quedado entre los rieles del tranvía en cuestión, ese al que Blanche*  subió huyendo de sus fantasmas para terminar en un hospicio.

Que te pise un deseo: no sé si es mi deseo. Si tal deseo arrolla, “descuajeringa”, se torna inmanejable, no sé si lo deseo.

Tantas voces nos ponen sobre aviso. Porque pueden hablar de la crueldad, del sufrimiento pequeño o no, de personajes verosímiles o no y, en todo caso, activar el desconcierto.

El Revagliastés, poema que cierra el libro, acaso busque desconcertarnos también, erigiéndose en tamiz, en disyuntor de la violencia alcanzada, en suavizante del fragor que corona.

Libro de fragmentos donde las palabras juegan con “lo que queda” (“mirá lo que quedó”** cuando pasó el tranvía) y dan vueltas de tuerca en torno a esa máquina imposible que somos. La máquina Revagliatti, en nuestro caso, ha forjado un trayecto que va desde el anatema del: “ojalá te pise”, hasta el augurio de: “un deseo”. “La pulsión me ceba al alba demasiados mates”, dice una de sus voces.

Propongo rescatar de entre lo múltiple el verso que a cada uno co-responde. Propongo atesorarlo.

José Emilio Tallarico
Buenos Aires, septiembre 2009

*Blanche Dubois, personaje central de “Un tranvía llamado Deseo”, de Tennessee Williams, interpretado en su versión cinematográfica por la actriz Vivean Leigh.

**) Verso final del famoso tango “Los mareados”, de Enrique Cadícamo y Juan Carlos Cobián, que diera título al ciclo de poesía “Mirá lo que Quedó”, coordinado durante el año 2007 por Rolando Revagliatti junto a los poetas Alicia Grinbank, Alberto Boco y Alfredo Palacio.


_______________________________________

Por José Pablo Quevedo
(Comentario bibliográfico del poemario “Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo”, editado electrónicamente en Buenos Aires, la Argentina, 2010, y disponible gratuitamente en http://www.revagliatti.com, por José Pablo Quevedo. Comentario y muestra de dicho libro se difundieron en el nº 24, julio-diciembre 2010, 3ª Etapa, de la Revista (soporte papel) “Alhucema” de Albolote, Granada, España.)

Cuando una vez las estrellas se apaguen en su curso, no quedará el vacío de lo que fueron, sino que desde el polvo cósmico trasformado se harán los nuevos nidos de otras estrellas, y nuevamente serán ellas quienes propaguen la luz esclarecedora de su tiempo. Pues los poemas de Rolando Revagliatti son pequeñas piedrecitas brillantes, hechas casi como imágenes visuales y ajustadas a nuestro tiempo, por lo tanto, no convencionales, a manera de aforismos, paradojas, sentencias, etc. Y nos lo entrega en papel de regalo para este 2011, y para otros siglos de permanencia.

La PALABRA de Revagliatti se ajusta liviana, pero es pesada como un planeta, es breve pero afilada como mil espadas, cargada de humor pero que emite sus sentencias contra los siglos de subseción y de los convencionalismos sociales. Impone su lógica convergente y divergente. Está hecha de tiempo binario polar de la sucesión-subseción, condensada en una propia innovación. Su quehacer, otro crítico de su arte lo ha llamado Revagliattismo. El poeta, argentino, escribe sobre la esencia singular de lo moderno, y con ello, marca las diferencias epocales, que han sido establecidas por otros grandes poetas españoles o latinoamericanos en otras épocas SUBSECIVAS de una historia de las letras castellanas. Hablemos, entonces, del Príncipe de los Dinamiteros, como es Francisco de Quevedo y Villegas, o como lo es el tradicionista Ricardo Palma en la Lima de sus albores republicanos, y que con su ironía punzante latigueaba a la aristocracia de los señores encomenderos, y como también lo hace su contemporáneo, el peruano Raúl Gálvez Cuellar con su famoso libro de aforismos, "De Mi Sombrero".

Los textos de Revagliatti, salidos en los espacios virtuales: OJALÁ QUE TE PISE UN TRANVÍA LLAMADO DESEO, son trasmutantes, positivos en la regresión diferenciada y epocal moderna; además son minimalistas y en algunos casos respiran y condensan el humor de los grandes dinamiteros de la historia de nuestra literatura castellana. Me gusta el que se prodiga a la contrariedad (las contrariedades) en sus reflexiones poéticas, en que su autor asume una tríada lógica o ilógica (muchas veces), para hallar lo convergente o lo divergente de la que están hechas las relaciones humanas y las bases de sus principios morales. Juega entre los oponentes y usurpa o asalta el reino de esas relaciones convencionales y las pone boca-abajo, las dinamita o hace estallar en ráfagas minimalistas. El pensamiento conservador regresivo, que aún prevalece, nos parece que se va o se deshace en una estela de humo. El silogismo, emerge así, como el arte de pensar de lo contradictorio, y que se hace al desenvolver un ovillo razonado dentro de una lógica formal y sutil en donde una parte de la realidad se pone en juego en una catarsis que nos refresca espiritualmente y va hacia otra parte de lo que no nos deseamos.

Por oposición a otra idea ya pasada, hacemos un argumento breve como réplica. Ello es un juego de la razón que tiene en un modus coloquial su asidero, un ingenio de contraregla que conoce acertadamente otra regla y que inspira al contrayente para desarmar cualquier artificio. Usa el pretexto general o singular y ambiguo de su propia creación para poner ante el sol los cordeles de una verdad intuitiva en contra del argumento conservador y trasmutar en la piel del tiempo que vive. Los poemas exponen el humor fino, la cotidianidad y el carácter general humano confrontado en otra esencia epocal repetitiva diferenciada. Pues las esencias son las repeticiones en sus diferencias y en las trasgresiones de cada periodo, en sus singularidades y albedríos. Ellas no tienen esquemas ni logran convencionalismos que se respeten, son la totalidad del tiempo hecho un momento, algo que se arma y que se alza con su propia evolución contra todo lo convencional.


_______________________________________

Carta de José Pablo Quevedo 
(En esta carta formula consideraciones sobre el concepto de ‘subseción’, con posterioridad a su comentario bibliográfico (publicado en una revista de España) del poemario “Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo”.)

Querido Rolando:

Como tú sabes, los ensayistas, literatos o los que nos ocupamos de la Literatura Universal en sus fuentes de creación, tomamos de una realidad histórica social los conceptos que consideramos le pertenecen a ella, y no arbitrariamente los creamos de una IDEA, sino que ellos, reflejan las características de una o varias épocas definidas dentro del movimiento histórico-social.

En este caso, el término SUBSECIÓN me pertenece, y esa subseción histórica, sirve para designar un concepto o una categoría que refleja una realidad histórica social Continental (en su forma material y espiritual), y que ha sido determinada por la relación de una imposición o por la deformación de otro organismo histórico social, es decir, lo anterior existente en nuestro Continente, y en todo caso, también puede aplicarse a otros Continentes.

Sobre las características de estas determinancias, sus relaciones en nuestro proceso histórico continental y lo que se sucede después, y hasta nuestros días en sus mutaciones, en otro momento, te puedo enviar mi análisis o ensayo sobre este tema.
En todo caso, es mi opinión sobre lo que formulo.

Tus poemas minimalistas y aforismos, en esta época GLOBALIZADA, reflejan en tu estilo, otra instancia de las mutaciones de las clases sociales y tipos sociales en nuestro Continente, en cuanto a su comportamiento y moralidad, en una lucha existente entre la formas tradicionales y las modernas de vida.

Y en ello, precisamente, reside tu ingenio creador en el cual sabes unir en un acto regresivo-futurista, diversas épocas históricas -trasgrediendo o uniendo sus pétalos epocales-, para mostrarnos esa ironía de lo que solamente ha mutado dentro de esas clases y con lo cual se trata de normar el tiempo actual. Es decir, en tus imágenes, en su contenido, está lo condicionado y lo no condicionado en su lucha contraria: lo que es convencional y es tradicional en el pensamiento y que va en contra de la imagen moderna de la vida, y el pensamiento que trata de NEGAR.

Tu ironía nos invita a despertarnos y a limpiar ese polvo restante de la historia, y allí tu Arte va en su crecimiento.

José Pablo Quevedo
Alemania, septiembre 2010


_______________________________________

Reflexiones de Rubén Vedovaldi 
(Reflexiones de Rubén Vedovaldi a propósito de seis textos del poemario “Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo”.)

“No es exactamente el amor lo que es ciego:
es más bien exactamente lo que no es el amor
lo que es ciego.”

Lo más difícil para el artista es pincharle al vox pópuli un lugar común. El lector está tan acostumbrado a oír que el amor es ciego y a repetir que el amor es ciego, que ante alguien que le da vuelta completamente el concepto, lo primero que siente es rechazo. La gente quiere seguir creyendo que sabe lo que repite de memoria acríticamente. La sociedad sigue condenando a muerte a Sócrates por su intento de pensar y hacernos pensar que, tal vez, nada sea lo que creemos de memoria. Pero aquí vuelve a brillar la verdad originaria que no pudo matar el lugar común repetido por siglos. Lo ciego es justamente lo que no es amor. Lo digo, aunque me cueste mucho aceptarlo, porque implica aceptar que yo soy ciego. He estado en pareja desde 1994 hasta el 2002 y no he amado. ¿Cómo se puede no amar? No lo sé, pero una noche ella abrió los ojos y se dio cuenta de que no nos amábamos y se fue. No la perdí entonces, la perdí cuando la tuve y no la amé; la perdí y me perdí cuando la tuve y no la vi.


“A mi propio modo
marcho
hacia la consistencia.”

Este epigrama o aforismo resume lo que Frank Sinatra cantaba en “On my way” = A MI MANERA. Aunque, si el que habla aquí es el Yo del hombre coincidentemente con el yo del autor, habría que recordarle que toda consistencia es fugaz ilusión y en verdad el yo, como la democracia o como cualquier institución humana, llega con mucho esfuerzo a consistir por un tiempo y después vuelve dialécticamente a suceder la dispersión, la inconsistencia, la disolución de lo que consistió. Consisto, luego se pudre todo. Consisto hasta que la pulsión de muerte apaga mi lamparita y me manda a regar rabanitos desde abajo en la quinta del Ñato, me manda a consistir en ceniza que se lleva el viento.


“Cuando mi esposa
huyó con el Diablo
supe que un Dios
existía.”

El Diablo es, gracias a Dios o gracias a sí mismo, una manifestación de deseo.


“¿Cómo se abren los hombres?:
con dificultad.”

Esta idea de abrirse los hombres con dificultad, generaliza lo que más arriba sostiene el hablante poético al particularizar en el sentido de consistir a su modo. Consistimos y / o nos abrimos con dificultad. Nuestro modo, nuestro modus vivendi, es el modo que las dificultades más que nuestras facilidades, nos imponen.


“Estamos ganando nuestra mayor derrota:
el incuestionable triunfo sobre la Naturaleza.”

Otra vez aquí, como antes en el tema de si el amor es o no es ciego, se refuta un prejuicio o preconcepto muy enquistado en nuestra cultura, aunque en este caso no desde el saber popular o vulgar, sino desde la filosofía positivista y la ciencia moderna, dominar la Naturaleza. La idea errónea tal vez haya que retrotraerla al libro primero de Moisés, donde dice que Jehová mandó al hombre a señorear sobre lo creado, vos sos el patrón y soto de este jardín, pibe, hacete cargo. El primer conflicto con la Naturaleza es el que tiene la mujer con la serpiente cuando Dios o la culpa por morder el fruto le grita: Qué mierda hiciste, boluda, ahora vas a ver, pondré a tu especie como enemiga de la especie de las serpientes para siempre. Tal vez allí comienza el esquema vencedores / vencidos. Matar y ser inmortal como antítesis, como si pudiera el hombre inmortalizarse matando. Hoy hasta los presidentes reunidos en asamblea general de naciones unidas tienen que reconocer el “cambio climático”, que es como llaman oficialmente a nuestro triunfo-derrota sobre la Naturaleza. Cuando en verdad, cuanto más quiero conquistar a la mujer más me derroto y la pierdo, y cuanto mas quiero conquistar al Nuevo Mundo más lo hecho a perder y me derroto a mí mismo. Hoy nadie podría cantarse a sí mismo y a todo lo que nos rodea con aquel optimismo triunfal de un Walt Whitman. Antes que muriera el Dios en boca de Zaratustra, ya había sido derrotado el hombre como un animal cultural escindido de y enfrentado a lo Natural.


“De jovencita
naufragó en la desdicha

Y aún persiste.”

La desdicha produce más acostumbramiento que la felicidad liberadora.

Rubén Vedovaldi
Capitán Bermúdez, provincia de Santa Fe


_______________________________________

Carta de Carmen Vasco
(Carta enviada por Carmen Vasco a propósito de la edición electrónica del libro ‘Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo’)

Rolando: En mi simple criollo, yo querría que me arrasara un tranvía de deseo llevándome más allá de lo que no deseo.

Eso aparte, tus reflexiones o versos me gustaron como acertadas, me molestaron como horribles y otras me hicieron reír mucho.

Concluyo que ella te quiere y vos a ella (siendo “ella” = ella y “te” = al poeta), que sos joven y torbellino a pesar de que te parece que envejeciste, y que seguro le seguís gustando.

Lo más real de todo es lo de nuestra derrota a la naturaleza: es un hecho, no una hipótesis de quien escribe acerca de él mismo y su propia vida.

Así que, en mi osada opinión ­-que ha de ser lo que desea el que escribe que le suceda al que lee, que ose percibir- lejos está, de tu casa, la tan nombrada muerte.

Carmen Vasco
Ciudad Autónoma de Buenos Aires


_______________________________________

Por Paula Winkler
“¿Y si nos subiéramos al tranvía de Tennessee Williams
al que nos invita Rolando Revagliatti en su poemario…?”

Rolando Revagliatti, el célebre entrevistador a narradores y poetas argentinos – documentos publicados en seis tomos -, dieciocho poemarios en su haber, es un poeta que acostumbra a crear sobre la base de intersticios, del devenir inconsciente y de misteriosas “contradicciones”. Su lenguaje, propio de la antipoesía, o más bien perteneciente a la poética de la conciencia, juega con imágenes, se burla, llora. Humor negro, sátira y melancolía, trabaja la paradoja (“¿Falta mucho para que termine pronto?”, pág. 19), mezclando lírica urbana y fragmentos de la cultura porteña. Rolando es de Buenos Aires y argentino de pura cepa. Su poesía produce al lector un dejo de inquietud e incomodidad, como las moscas a Dalí. Entre fantasmas y aseveraciones, su ironía interroga. Asociación libre, como en el diván en sombras (cuando todavía no alumbra ¿ni el pre – consciente?), en Revagliatti esta forma irracional del pensamiento, no por ello menos válida y verosímil, se pasea ante nosotros y denuncia: la estupidez, las pretenciosas baratijas que circulan, el amor/no amor; la pasión añorada, la emoción reprimida y a punto de estallar. Siempre, desde un resto... ¿Resto o sobrante, falta o exceso? porque la pregunta decisiva en “Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo” es si aquella cita, “La pulsión me ceba al alba demasiados mates” (pág. 23) ¿es pulsión de vida o pulsión de muerte? El poeta, en efecto, aletea desde el yo, remite al ello que vuela, aunque denuncia puntería de su buen cazador (pág. 49). Asimismo, a Peter Pan no le dan pan, a Peter Hueso (la vejez), ni hueso, y ambos se cortaron el pescuezo (pág. 36) … En este sentido Revagliatti, a mi juicio, rescata la modernidad. Asombran sus versos de alta calidad, surrealistas - entre infames y tristes - en una época en la que se componen demasiados versos, se ríe poco, se piensa menos y se publica mucha banalidad.


_______________________________________

Por Guillermo Fernández
“La palabra se desplaza entre vías”

Desde la Antigüedad la poesía se originó como comunicación con un más allá. Con esa certeza, el vate dialogaba con un ser con contorno semi humano que interpretaba las carencias de lo terrenal. Esta materia poética fue la base de una lucha infinita del hombre con la palabra, con una imposibilidad de plasmar en una estructura métrica el contenido del mundo.

Convengamos en que la mera transmisión volitiva de aquello que se quiere comunicar muchas veces no se corresponde con lo dicho, como enunciado final. Lucha entre la enunciación y enunciado teorizaría mucho más tarde en el complejo mundo contemporáneo, Émile Benveniste.

Debemos acordar, si estamos de acuerdo con las aseveraciones precedentes, en que la estructura poética nunca se alejó de un concepto beligerante. Cuando leemos Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo nos topamos con el mismo dilema irreductible; pero el poemario de Revagliatti presenta una resolución al combate entre lo dicho y lo no dicho: opta por la palabra, por la materia, por esa grafía impresa plena de sonido y silencio. Optar por la palabra es tomar partido por la presencia frente a la ausencia, por la colocación sintáctica libre frente a la rigidez de lo canónico.

En ese sentido, Rolando Revagliatti nos seduce de la misma manera que la combinación de colores provoca la composición poética. En Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo podemos encontrar una sagaz relectura de Macedonio Fernández y toda esa maquinaria que descompone la palabra para crear, unir y adosar “nuevos términos” unos a otros como si lo escrito se desplazara entre rieles.

No es casual que Rolando Revagliatti eligiera la metáfora de Un tranvía llamado Deseo de Tennessee Williams. Tampoco es arbitrario que la muerte sea tomada como ironía, como otro juego literario en el hecho de pensar que la muerte es quizá un artilugio para enfrentarla con el valor de El Quijote.

De todas formas, leer el poemario de Revagliatti es caer en su trampa: leer es refugiarse en lo escrito e intentar una sintaxis infinita, aquella que vuelva a poder comunicarnos con lo que nos aleja de lo inmediato. No es poco.


_______________________________________

“Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo”, Editorial Leviatán, Buenos Aires, 116 páginas, junio 2024.




_______________________________________

Rolando Revagliatti nació el 14 de abril de 1945 en Buenos Aires, ciudad en la que reside. Publicó en soporte papel un volumen que reúne su dramaturgia, dos con cuentos, relatos y microficciones y diecinueve poemarios. En ediciones digitales se hallan los seis tomos de su libro “Documentales. Entrevistas a escritores argentinos”, conformado por 159 entrevistas por él realizadas. Todos sus libros cuentan con ediciones electrónicas disponibles en http://www.revagliatti.com - Más de 1400 videos en los que ha grabado poemas y otros textos literarios de muy diversos autores se encuentran en



Nenhum comentário