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“MARTINGALAS”, UN POEMA DE ROLANDO REVAGLIATTI


Martingalas


1

Una martingala deshaciéndose entre los dedos de nuez fosilizada
una martingala distrayéndose, jugándose la cruz, la rosa y la sangre (y sus poco
                 [demoradas equivalencias)
una martingala, que no dos, que no cinco ascuas o catorce herreros apostando al refrán
                [que les incumbe
una martingala que no varias veces mi corazón capitaneando la miel y la discordia (bugui -
                [bugui echado sobre tus ojeras ininteligibles)
una martingala que arracime en navidad flor y coliflor, col y caracol, prédica y predicamento,
                [claro que sólo en navidad
una martingala con esparadrapo y una martingala con un talismán
una martingala absteniéndose de saludarme en los días de lluvia
una martingala como ella sola
una martingala para quien aprese al que dejó la estridencia en el rellano
una martingala con barbijo de hierbas
una martingala castellana en Indonesia
una martingala con estupro y cuernitos de grasa
una martingala que vocifere cuando las demás lloren
una martingala para mediocres cautos, brillos menores (clásicos espolvoreados en mis
                [retahílas)
una martingala con las naves abiertas cuando no las venas
una martingala que tuviera a bien el ombligo aceitoso de un querubín
una martingala “con mi hermana no te metás”
una martingala tanto es así, que atrabiliaria, sin cortapisas, consabida, tórpida, de
                [chiripa y demodé
una martingala que cante al cerciorarme de tu cuerpo entretenido
una martingala crónica de pesares.


2

Una martingala para aherrojarse las monjas
una martingala para comer en público
una martingala cuya mamá la “asme”
una martingala espécimen fortuito de las uniones difusamente plausibles de
                [codornices y emperatrices, sordos y sorbos, cabos y rabos, piedras y hiedras,
                [emasculados y sobreañadidos, púberes e impúberes, capitales y trabajadores
una martingala para nunca decir nunca, siempre y jamás
una martingala que contemple los lindes entre basarse y besarse
una martingala que amarroque pendencia
una martingala pedestre, que no ecuestre, pero...
una martingala para cadáveres eternamente deliciosos
una martingala caliente como la tía de mis sueños
una martingala para no darse cuenta de lo que hace falta
una martingala que desbroce turgencias (las que imaginan)
una martingala para prosódicos en plan de lucha
una martingala que denuncie el índigo, las frambuesas, el pachuli, el gemidito y la
                [electricidad
una martingala para padrastros y padrillos
una martingala por la mitad o sin acotaciones
una martingala con tachas (sin embargo, donde reclinar la cabeza)
una martingala que se precie, que se justiprecie
una martingala “delito en la isla de las cabras” enfebrecidas
una martingala trago va, trago viene
una martingala fácil de repujar
una martingala huracanada que huracanee
una martingala que cede una martingala
una martingala que se dé
una martingala que porfíe de balde
una martingala que se escriba al correr de la pluma de pato silvestre
una martingala que farfulle en jerigonza
una martingala madre de dios ahora y a deshora con dos gotitas de coñac
una martingala para cónyuges de cera o expresión ceruminosa
una martingala adorable, sucinta, mensual o de mantenimiento
una martingala achís
una martingala ejém
una martingala que bajo y a voces
una martingala para fregarse en los bien pensantes, en los bien hablantes y en los malvivientes
una martingala para Lacustre Narcilando.


3

Una martingala crispada la grafía
una martingala para que, en el calendario de santos, una viuda virgen y matrona, alterne
                [con el abad beato Raimundo de Fitero
una martingala que se juegue a los dados sobre un paño de lágrimas
una martingala que declame: “Me voy con la lechuga para no volver, residente bárbara
                [(acaso ubicua), observé que ustedes observaron, en éxtasis patibulario se nos recibe con la
                [masticación”
una martingala de su propio peculio
una martingala que habría sangrado como flor obtusa
una martingala para misántropos encarecidos por sus madres
una martingala con botamangas y a barlovento
una martingala para la utilería de la Otra Escena
una martingala inaudito cetáceo
una martingala, una miscelánea y una moraleja
una martingala por hipocorísticos preñada
una martingala para “cuando venga papi, no se lo digás”
una martingala para breves cartilaginosos
una martingala en cuarto menguante y cocina kichinet
una martingala para egregios con consideraciones sobre la paja en el ojo ajeno
una martingala recta trayectoria por el laberinto
una martingala para benignos rastacueros
una martingala equis como quien dice ene ene
una martingala para los fallecidos adjudicatarios de nuestra inquina pulsional
una martingala oriflama que nos aleccione en impudicia, sevicia, codicia y estulticia
una martingala que berree sin frunces
una martingala para revisores de cuentas, con dibujitos y atrocidades
una martingala con el vestuario raído
una martingala multiorgásmica, multinupcial y múltiplo de las mil y una noches
una martingala que se confiese con dos monedas de rubor
una martingala con los repulgues espolvoreados con caolín
una martingala de sastre en sastre
una martingala que inspira, permite que el aire se aburra adentro, y muere
una martingala para la autografía: biojoda seria que atañe al autor
una martingala con damisela en un coche y perro de aguas
una martingala caótica caótica escrutada por un apóstol
una martingala con corazoncito en la corteza de un financista
una martingala pura, sin soda, sin fernet
una martingala desestimada en los grandes salones.


4

Una martingala al denostado cielo si “va a nacer el testigo de mi muerte”
una martingala que aspire a escribir bien, sin mirar a quién
una martingala rea de día
una martingala para Gonzalo, quien, siendo el amante de la amiga de la novia de González,
                [de pasada, es directamente el amante de la amiga de su amante
una martingala con decimales en la leche
una martingala venenosa y una martingala venerable
una martingala grandiosa del revés
una martingala que aquí se ponga a cantar que otro gallo cantaría
una martingala que había tenido que enfrentar las tensiones que le causaba la relación
                [simbiótica de tintes narcisistas que le imponía su madre
una martingala con espuma en el sueño
una martingala que crepite su fatalidad
una martingala con frases robadas en los jardines de Quilmes
una martingala con epitalamio subido de tono
una martingala parodia de una martingala
una martingala vieja bisoña, ex neutra, a tanto la erre de ríspida y de recurrente, a tanto la erre.





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Rolando Revagliatti nació el 14 de abril de 1945 en Buenos Aires, ciudad en la que reside, República Argentina. Publicó en soporte papel un volumen que reúne su dramaturgia, dos con cuentos, relatos y microficciones y quince poemarios, además de otros cuatro poemarios sólo en soporte digital. También en edición electrónica se hallan los seis tomos de su libro “Documentales. Entrevistas a escritores argentinos”, conformados por 159 entrevistas por él realizadas. Todos sus libros cuentan con ediciones-e disponibles en http://www.revagliatti.com. Ha sido incluido en unas ochenta antologías de poesía, narrativa y dramaturgia de la Argentina, Brasil, Perú, México, Chile, Panamá, Estados Unidos, República Dominicana, Venezuela, España, Alemania, Austria, Italia y la India.


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