Fredy Raúl
Guzmán Olguin. Seudónimo:
Frans Gris, Poeta y artista plástico. Santiago de Chile
Cursos de especialización para poetas: U. Ciencias de la Educación, C. C. España, C. C. Chileno-Francés de
Cultura, Santiago de Chile
Aficiones
relacionadas con las artes literarias:
Lectura y estudio de idiomas latinos y su literatura.
Estudio, traducción al español moderno y
colección de obras poéticas de los siglos IX al XI, llamadas “Jarchas”.
Estudio de obras de poesía
japonesa del siglo XVIII, denominadas “Haikus”
Frans Gris aparece de pronto para publicar
en 1988 un artículo, en inglés, en una revista editada por la comunidad femenina
norteamericana residente en Santiago de Chile. Luego se editan, bajo el sello
de la "Editorial Fértil Provincia", cuentos reunidos a los de otros
autores en la antología " Cuentos de cinco estaciones ", bajo su
nombre real de Fredy R. Guzmán.
Se hace una autoedición de poemas acopiados
en el taller literario de la poetisa Teresa Calderón, en los 92 y 93,
publicándose en esa "Nueve A
Ventura" sus primeros poemas.
El Círculo de Escritores de La Cisterna, lo
acoge, luego la Unión de Escritores Americanos, junto a otros poetas y poetisas
inician El Grupo Poético y Literario Doce de la Cruz del Sur, que da paso al
Grupo Literario Letra Fuerte, del que es presidente.
En el intertanto se publican sus poemas en
diferentes revistas del país y del exterior. Convoca y organiza encuentros
literarios en la zona sur de Santiago y en Melipilla. La televisión le permite,
en un canal local de donde vive, crear y dirigir el programa de alternativa
cultural “La Metáfora, café”, en donde artistas de todas la manifestaciones
tienen durante casi año y medio, una tribuna y una vitrina en donde mostrar sus
facetas y sus ansiedades. Hurga en la radio como invitado en varios programas
de diferente corte, mientras que ayuda a crear talleres literarios en diferentes
ciudades de las regiones al sur de Santiago.
En sus escritos se refleja una vaga
inconsciencia del mundo real y así lo muestra: "en el inicio, la Tierra", una serie de poemas y relatos sobre
la mágica realidad interna de la Nación Mapuche, que penetra su verso al
interior de la universalidad mitológica del Hombre de la Tierra.
Poemas de Frans Gris
Duermes
Duermes
A esta hora
en que escribo:
…la noche es una placidez de terciopelo,
y la luna
un alfanje suspendido
de la oscura noche…
Y busco palabras para decirte
la
inmensidad
y sus horas
lentas
en la espera
por ti.
Escribo:
Es muy difícil entender
…pero, no creo en el azar.
Mas, cómo llamar a esta fuerza
que nos ha reunido?
Duermes
...por allí el vestido negro,
los aretes,
mi camisa…
(Duermes)
… para
mí
la
espera:
un largo túnel de silencio
blanco,
relámpagos
y ardientes hielos
bajo mi piel en fuego.
Hoy
me he sentado a la sombra de tu Luz
para
descubrir mi rumbo en el vuelo de los pájaros
(oración)
Puedo leer
en el tiempo de los árboles
mi propia
historia
(que es la historia de los que marchan en búsqueda
del sol y de algunas aguas
de arenas
de luciérnagas
de olas y de largas canciones entre rocas
y golpes de estrellas sembradas por las grandes
lunes de este siglo nuevo)
Hay en el
fluir del agua memorias
nostalgias
épocas de
caminar a impulso de los vientos siderales
(y voy al impulso de los dulces hálitos nacidos de
tu boca
y escarbo bajo la cubierta de mi pecho para saber
los signos de los fuegos
inscritos
en los pliegues de tus ingles y en el valle de tus senos
Mis viejos brazos van por el camino de luz del cielo
y en él tus ojos son mi ruta hacia la cúpula de tu
vientre)
Penetro el
silencio de la nieve tendida en la noche de agosto
Bajo una
nueva libertad asumo la identidad del grano
(Soy una nueva paz bajo las vivencias de las horas
frías y del humo
fluyendo de las regiones y de las distancias
señaladas desde Andrómeda
Orión me guía y navego por los tiempos y por la
memoria
umbrosa que en cada eón vuelve desde las heladas
fronteras mi espacio)
No tengo
dudas sobre el natural del frío de la primavera
Hay un
alumbramiento de luciérnagas en los ojos verdes de los pastos
(Cada flor duerme y cada agua y cada sol yace bajo
el estupendo silencio de la nieve
y sacudo los ojos para buscar la luz más allá de tu piel de miel oscura
Y mi noche es un ala de tu pelo negro y un reflejo
de tu pupila anochecida)
Un pájaro
diminuto como un escarabajo bermejo
fija
residencia en mis orejas y bajo mi pecho
(escucho mis treguas y mis sollozos registrados en
cada poro de mi cuerpo
y mi boca es una pluma dibujando cada atributo de Tu
Sustancia
y me has cubierto con las cálidas briznas de Tus Claridades)
Las
cálidas manos del sol poniente doran mis ojos
y el árbol
de mis venas busca por mis pies la tierra
(acercado ya el tiempo de las totales divergencias
de los sigilos
de
las definitivas lejanías
es el momento de disfrazarse de tierra
de árbol
de roca
o de río
que navegan juntos a los hijos de la luna y de
aquellos soles
nacidos en las confines de los tiempos)
“swan
song”
(canción del cisne)
Volábamos los dos…libres… enamorados… fuera de la
bandada blanca y negra, contra el cielo gris
extendidas las alas, lentos, en los ríos del aire
invernal.
Un viento oscuro, duro, sobre la lejanía de los
picachos cubiertos de hielo al este del
Fin del Mundo.
Volábamos libres.
Los cerros, de un violeta suave, escapan, allá
abajo, hacia el oriente en un desfile inconcluso. Son lomos de monstruosos
reptiles, o largos trazos de milenarios cataclismos rompiendo el verde del amanecer.
Volábamos.
Abajo, en medio de los bosques, al pié del monte de
fuego, los dedos de los árboles muertos y las alambradas. Entre pastales y
juncos el translúcido hielo del lago.
(el sol cubre
con un ligero oro nuevo, el plumaje blanco del cisne y su cuello, negro, es el
brazo enguantado de una náyade en una brazada…
la última
¿cazadores… alambres… desechos?)
Canción
del cisne:
Eras la espuma
las estrías
del rocío
Luna
Sol de invierno. Un copo en la nieve de agosto.
Eras el fulgor de una estrella
Paz en medio de la noche
(brillo de mis ojos nevados
eras)
Fuiste lirio negro crucificado en las alambradas
y por la tarde te besó la Muerte
Un crespón de espuma tras la espuma
Lirio negro flotando en el río de la muerte
Una rosa roja en el residuo frío de la plata
Una rosa roja enredada en las alambradas
(mis ojos quietos mueren otra muerte)
Sentí tu cuerpo llenar de alas el viento de la tarde
en las alambradas una nueva bandera
la Última
Luces del Puerto
(cada vez
cada
intento
cada anocher o amanecida
el Puerto
me esquiva como a un mal viento
como un mísero andante de
bolsa vacía y ojos llenos
Desde el horizonte oeste
miro a Valparaíso
como un embrujo de diamantes
rutas por venir
y largos trazos en el borde
de la noche)
Espejos
bares
cafés de voces
turbias
Sacerdotes del hastío y del
sueño fácil
Por los lugares hay
goterones de lunas o de falsas estrellas
Desmenuzados gritos de
luciérnagas
rolando por el borde de los
muelles
y por allí camino con mi
largo sabor a vino
y a noche
a mujeres tristes
a miradas pútridas
y a pies llagados por
intenciones de suicidas
Camino con horribles gritos
en el borde del bolsillo
y por sobre arcoíris
derramados en la acera
Hay hoteles grises y cargo
en los bolsillos tiempos ya olvidados
Anoto en enormes libros de
escribano
o en fotografías pintadas
con agua de mar
minúsculos
silencios
Alguna luz se mece en el
viejo fondo submarino
y en ella busco a gritos
nombres idos de muchachas
naufragadas en las riberas del otoño
y los ato con cadenas a cualquier tarde de lluvia
Son mis báculos de peregrino
trasnochado
que baja desde oriente
para
ahogarse en las largas tardes del oeste
Y me esperan las luces
brumosas de ese Puerto
cada
noche
para darme la malvenida
en algún lugar de malamuerte
(En
mis sueños la doncella baila
La
acecho como un fauno anciano
cubierto
con un sombrero blanco y un paraguas.
Baila
entre anémonas y lirios
entre portales y estrellas
viejas
melodías de Luisiana
Su
nombre
mascarón de proa o velero extraviado entre brumas
Cae
mi voz desde el cielo
hasta
las miríadas de estrellas fijas que marcan el ritmo de los cerros
“Ella
me espera
en
un largo estado de viudez
(es
la reina de Ítaca)
Entre
plumas y cuadernos es una abismada margarita flotando desde tierra adentro
pero
yo, sal de mar no existo
Soy
la nocturna niebla que yace de espaldas a los cerros
Desde
allí a mi doncella de tierra adentro la acecho
Soy
un viejo fauno en sus sueños de bronce y
viejos ritmos de tierra oscura”)
Por
lo menos la verdad
mi
viejo Puerto
(Otros
puertos me han llenado de llanto
fueron mortajas
ahogándome me envuelven.
Otros
puertos me dejaron
en los párpados
un
sabor a ausencia y a tumbas ocupadas
Fueron
caverna o telaraña humeante y polvorienta
Ajena)
En
cada atardecer me vi buscarte
por las retorcidas callejuelas increpando
portales
quebradas y gatos callejeros
Te
busqué
en
vidrieras empañadas de algún bar
y
escapé del paisaje cuando las luces de la amanecida
se encontraron con los reflejos del atardecer
Casi
muerto te encontré
Entre
luces te presentí y acerqué mi boca a unos labios
para
dejar jirones de mi alma
Deja
que
le dé un último trago a esta botella que sabe a atardeceres de lluvia
vientos
truenos y trenes zarpando hacia el norte
Ya
no seguiré buscando el resto de la Vida
o de vida que los
días me puedan regalar
Bajo
el horizonte te he hallado
Valparaíso
derramándote en la noche
y
en un poema
como
un vibrar de luces bordeando la bahía
Tangos
viejos
tacones desgastados
soledad
Letreros
Un
olvido colgando en cualquier esquina
Carcajadas
de aguardiente
Mariposas
Escaleras
bajando a gritos de los cerros
Viento
norte y en un balcón una lluvia amarga
que
resbala sobre rutas de fantasmas de faluchos en la bruma
Viudas
farolas
apagadas
interminables
silencios de la ausencia
Un
descorchar estrellas o aullidos de sirenas en la ribera
(en cada intento
me pierdo
y en cada anocher o
amanecida
el Puerto
me sopla en el corazón malos vientos
soy andante de bolsa vacía y
ojos llenos
Bajo el horizonte
Valparaíso
un embrujo de diamantes
luces
despedidas
rutas en el borde de la
noche)
Frans Gris
invierno de 2005-agosto 2011
Santiago
de Chile
María
de la Mar
I
María de la Mar
espuma
luz
de faro en un amanecer y brea
marina y el velamen reventado en los estayes
II
María de la
Mar
arena y playa
mujeres en espera y botes
perdidos en la altura y las farolas vagando
por las rocas
III
María de la Mar
voz y canto
poemas en las noches
frío y viento
y los botes encallando en las arenas turbias
IV
Maria de la Mar
mediterránea
voz y luz flotando
las grandes aves blancas en el cielo buscando tus
ojos moros
V
María de la Mar
tu nombre inscrito
en la proa de mi barca
velera y pescadora y en mi vieja gorra canta María de la Mar
Remembranzas
Esa tarde
eras sólo una
sombra entre las últimas gotas de la lluvia
perfectamente
bordada con hilillos de niebla
y pequeños
silencios
Casi detenida
en las grafías
anotadas por
los riachos en el borde oscuro de la acera
se perfiló tu
silueta
entrando a
gritos en mi boca para fijarse
con largas
puntadas de besos
en mis labios
huérfanos y fríos
Llovía esa
tarde y tu silueta
bordada en el silencio de la niebla
se perfiló
contra mi boca
y mis manos huérfanas
se aferraron
a tu nombre.
Frans Gris
Todos os direitos autorais resevados ao autor.
Um comentário
Entre las líneas de sus poemas se leen historias de amor, que dejan el final para la imaginación.
Me hubiera encantado admirar algunas de sus obras plásticas.
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