MARIANA E. PÉREZ PÉREZ-ENTRE LA LETRA Y LA VIDA [Poeta Cubana]
He publicado tres libros de poesía: La nostalgia domina los rincones (Santa Clara, Ediciones Capiro, 1992); Cierta llama: décima (Editorial Capiro, 2001) y La desnudez oculta (Editorial Capiro, 2005). Además, poemas míos se encuentran en la selección Mujer adentro (Editorial Oriente, 2000), en otras antologías de Argentina y México (impresas) y El Salvador (digital), así como en diversos sitios web y revistas digitales.
De mis tres libros, el que más me gusta por su contenido es La desnudez oculta, ya que representa un paso superior respecto al primero, que también está escrito en verso libre, mientras que el segundo fue mi iniciación dentro de la décima y posee algunos defectos visibles.
Basta sólo con decir: Fina García Marruz, Aida Bahr, Marilín Bobes, Laidi Fernández de Juan, pero hay cientos de nombres más a lo largo de todo el país. Sí, hay un fuerte desarrollo de la literatura femenina, en todos los géneros.
Ambas cosas. Mire, en mi provincia el movimiento literario es enorme, y no sólo ahora, sino que lo hubo también durante la época republicana. Santa Clara, Sagua la Grande, Caibarién… eran visitadas por grandes personalidades de la cultura, y muchas radicaban acá. Por ejemplo, Federico García Lorca estuvo en Sagua y Caibarién. Nicolás Guillén tenía amigos acá, los visitaba, sostenían correspondencia; en la antigua Escuela Normal para Maestros trabajaron figuras de la talla de Emilio Ballagas y Juan Marinello. Después de 1959, el movimiento cultural creció aún más. Surgieron los talleres literarios, de donde hemos salido casi todos los escritores de esta provincia, y comenzaron a realizarse diversas actividades literarias en todo el territorio. Después, en 1990 y 1994, nacieron dos editoriales que han tenido un impacto importante en la literatura cubana. Villa Clara tuvo la suerte de ver nacer a Samuel Feijóo, poeta, narrador, pintor, investigador y, sobre todas las cosas, editor; bajo su dirección editorial en la Universidad vieron la luz títulos representativos de la literatura nacional. Feijóo fundó dos revistas que son paradigmas: Islas y Signos, pero que, lo más importante, se mantienen vivas aún.
Si le explico, a grandes rasgos, todo esto es para que vea que mi entorno resulta tremendamente influyente, y que gracias a él yo he podido hacer algo. Por otra parte, mis raíces campesinas son una preciosa fuente de cubanía, de ahí que no pueda separarme de la estrofa poética que prevalece en el campo, aunque en la ciudad también sea venerada.
Sí, amigo, todo mi entorno irradia cubanía, y esta influye permanentemente sobre mi obra.
No sé lo que pasará por la mente de otros escritores, yo pienso que la libertad de escribir está en uno mismo, en las ideas que profesa, en sus principios. Si se escribe dentro de la Isla, no hay dudas de que las condiciones del país van a influir en una u otra forma. Si un autor es revolucionario, o si no lo es, su obra –aunque jamás trate el tema de la política– siempre revelará una posición, al menos entre líneas. Aquí –contrariamente a lo que dicen por allá– los escritores nos expresamos libremente y, de hecho, se hace una literatura bastante crítica. Lo que sucede, hablo por mí, es que mi visión crítica de la realidad parte de un punto de vista justo, y eso es natural, no impuesto. Hay autores en cuya obra emplean la crítica desde una visión distorsionadora.
En los escritores residentes fuera de Cuba, también sus vivencias y el medio circundante los llevan a ocupar una posición determinada. Los que están contra nuestro sistema, por supuesto que escriben contra él; pero creo que hay algunos que buscan, oportunistamente, alcanzar determinada meta y no paran de escribir mentiras acerca del país que los vio nacer, con lo que ante mis ojos, y creo que ante cualquier lector racional, se convierten en seres despreciables.
A algunos escritores cubanos en el exterior, el desarraigo se los “ha tragado”, han perdido la fuerza creadora y no han podido sentar plaza dentro del mundo literario. Otros han comprendido lo absurdo de dar la espalda a su país y ya están buscando un acercamiento muy enriquecedor que, pienso los ayudará a crecer como creadores.
Repito, la libertad está en cada quien, y los resultados dependen de la actitud que asuma, de su ideología. Si ésta es auténtica, el resultado será bueno, pero si escribe a partir de presupuestos extraliterarios y de resentimientos oportunistas, entonces la calidad literaria va a resentirse.
No solo estoy de acuerdo, sino que sueño con un día en que todos los odios y diferencias sean agua pasada. Estoy segura de que ese día va a llegar, pero creo también que el grupo de los “negativos” a ultranza van a interferir bastante en ese propósito, ya que entonces se caerían de los sitiales que han erigido a costa de acentuar la mentira y de ser injustos.
Naturalmente, si deseo la unión de todos los buenos cubanos, también debo desear encontrarme con ellos, y si de mujeres se trata, muchísimo mejor, nuestra sensibilidad natural puede ayudar mucho a ese propósito.
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