CAMBIOS TRASCEDENTALES PARA SER FELIZ
Para alcanzar la felicidad nuestro comportamiento debe tener un cambio
trascendental, eliminado lo negativo e introduciendo actitudes positivos. Para
ello hay que tener determinación, acción y esfuerzo y así iremos desarrollando
nuestra convicción. Para ello es fundamental el aprendizaje y la educación
porque nos ayudan a desarrollar el convencimiento de que necesitamos cambiar y
aumentar nuestro compromiso con este proceso interno.
La convicción ha de cultivarse para convertirla en determinación. Y a
continuación, la determinación se transforma en acción; una determinación firme
nos permite realizar un esfuerzo continuado para poner en marcha los verdaderos
cambios. Este factor es decisivo.
Así por ejemplo, si se quiere dejar de fumar, lo primero es ser
consciente de que fumar es nocivo para el cuerpo. Por tanto, tenemos que
educarnos sobre los efectos nocivos del tabaco que ha permitido modificar los
comportamientos de mucha gente. Pero esta educación no es suficiente si no
vamos incrementando nuestra consciencia hasta que lleve a una firme convicción
sobre lo perjudicial que es para la
salud del adicto y del entorno. Esto fortalece a su vez su determinación de
cambiar. Finalmente, hay que realizar un esfuerzo para establecer nuevos
hábitos. Ese es el proceso de cambio, cualquiera que sea el objetivo.
Al margen del comportamiento que intentemos cambiar, del objetivo hacia
el que se dirija los esfuerzos, necesitamos desarrollar una fuerte voluntad o
deseo de hacerlo. Necesitamos gran entusiasmo. En este aspecto el sentido de la
urgencia es un factor clave que ayuda a superar los problemas. Por ejemplo, el
conocimiento que se posee sobre los grandes efectos del sida ha creado en
muchas personas la necesidad perentoria de modificar el comportamiento sexual.
Con frecuencia, una vez que se ha
obtenido la información adecuada, surge la seriedad y el compromiso.
Así pues, la urgencia puede impulsar enérgicamente el cambio. En un
movimiento político el afán de ganar una elección puede llegar hasta un punto de que sus
seguidores en el entusiasmo de
desarrollar acciones se olviden del hambre y el cansancio en la búsqueda de sus
objetivos de llegar al poder. El sentido de lo perentorio no sólo ayuda a
superar los problemas personales, sino también los comunitarios.
Para desarrollar el entusiasmo, lo primero es estimular la consciencia,
de modo que cuando se en todos los
preciosos momentos de nuestra vida. Para ello hay que dejar a un lado la apatía
para cambiar nuestros estilo de vida, así por ejemplo, dormir lo suficiente,
seguir una dieta saludable, abstenerse de tomar alcohol, drogas, cigarrillos
ayuda a mantener la mente clara y en alerta. Para superar la apatía y generar
compromiso y entusiasmo que nos permita cambiar nuestros comportamientos o
estados mentales negativos, creo que el método más efectivo y la única solución
es ser siempre consciente de los efectos destructivos del comportamiento
negativo. Claro que es difícil porque algunos comportamientos negativos y
formas de pensar están fuertemente arraigados, así como lo difícil que resulta
cambar a la gente, porque hay resistencia al cambio, pese a que la gente desea
introducir cambios positivos en su vida, tener comportamientos más sanos, pero
allí interviene la inercia o resistencia. Para ello hay que tratar de superar
cualquier condicionamiento negativo y
efectuar cambios positivos, teniendo en cuenta que estos cambios no se producen
de la noche a la mañana, sino que viene a través de la familiarización gradual
del proceso. Solo los que tienen una
voluntad férrea pueden hacerlo de inmediato y lo eliminan de su vida en un solo
acto.
conjuga con la comprensión surge en nosotros la urgente necesidad de
utilizarla provechosamente
Por tanto es fundamental para el cambio y alcanzar los objetivos generar
decisiones y entusiasmo como factores determinantes en el arte de alcanzar la
libertad. Tengamos en cuenta que el impulso y la decisión no se utilizan
únicamente para buscar el éxito mundano, sino que se desarrollan a medida que
se obtiene una comprensión más clara de los factores que conducen a la
verdadera felicidad y se utilizan en la búsqueda de objetivos superiores, como
es el crecimiento personal.
El esfuerzo es un factor decisivo para establecer nuevos
condicionamientos. La idea de que podemos cambiar nuestros comportamientos y pensamientos
negativos mediante un nuevo condicionamiento constituye un fundamento hoy en la
psicología conductiva ya que las personas han aprendido a ser como son, de modo
que adoptando nuevos condicionamientos se puede resolver una amplia gama de
problemas.
Aunque la ciencia ha revelado recientemente que la predisposición
genética de la persona tiene un papel muy claro en las respuestas del individuo
ante el mundo, muchos psicólogos creen que buena parte de nuestra forma de
comportarnos, de pensar y de sentir viene determinada en el aprendizaje y el
condicionamiento, es decir, por la educación y las fuerzas sociales y
culturales. Y puesto que los comportamientos son reforzados por el hábito, se
nos abre la posibilidad, de erradicar el condicionamiento nocivo y restituirlo
por uno útil, la vida.
Realizar un esfuerzo continuado para cambiar el comportamiento no sólo
es útil para superar los malos hábitos, sino también para cambiar nuestros
sentimientos fundamentales. Los experimentos han demostrado que así como
nuestras actitudes determinan nuestro comportamiento, idea comúnmente aceptada,
el comportamiento también puede cambiar nuestras actitudes y esto se puede
apreciar en los gestos inducidos como fruncir el entrecejo o sonreír, tienden a
producir las correspondientes emociones de cólera o felicidad, lo que sugiere
que el simple hecho de hacer puede producir un verdadero cambio interno.
Con un simple acto de ayudar regularmente a los demás podemos
desarrollar genuinos sentimientos de una verdadera transformación solo precisa
realizar este esfuerzo en forma continua ya que con estas afirmaciones
positivas vamos descubriendo nuestro niño interior.
Al emprender el camino del cambio, es importante establecer expectativas
razonables, ya que si son demasiado elevadas nos estaríamos encaminando a una
desilusión y si son demasiadas bajas puede desalentar nuestra voluntad de
enfrentarnos a las limitaciones y condicionamientos y no podremos desarrollar
nuestros potenciales, por lo que es importante nunca perder de vista la
importancia de mantener una actitud realista, de ser sensible y respetuoso ante
la realidad de la situación a medida que se avanza por el camino de la
transformación. Hay que conocer las dificultades que nos encontramos y que quizá se necesite
tiempo y esfuerzo coherente para superarlo. Por lo que es fundamental
establecer una clara distinción entre los propios ideales y los métodos
mediante los que se juzga el progreso, por lo que siempre buscaremos el
equilibrio entre la expectativa y la esperanza y así iremos modificando los
comportamientos y actitudes negativas hasta llegar a erradicar sin esfuerzo lo
que es nocivo para nuestra vida para irnos acercando de esta manera a una
felicidad duradera.
VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA- El estar o no de acuerdo con los contenidos de mis escritos, no hará que cambie tu vida. Porque cuando leas solo añadirás más conocimientos. Lo importante es que cuando leas te conviertas en tu propio Maestro, ya que eres libre de interpretarlo y asimilarlo a tu vida.
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