Fragmentos do Livro Los Espejos del Tiempo
Autor : Guido Riggio Pou ( 1ra. Edición 1995, 2da .2002 , 3ra.2004) Editado en: Grafisol, Santiago de los Caballeros Rep. Dominicana Derechos reservados: registro 0001900 libro 5, Rep. Dominicana guidoriggio80@hotmail.com Portada :Arq. Carmen Liriano. Prólogo de Nelson Julio Minaya (1995)
Prólogo
Nada tan vulnerable a la insignificancia, ni tan proclive a calificarse de superfluo, como el afán de acuñar en estrofas lo que sería enunciable por la vía expedita del discurso ordinario, sin el ornato y los rodeos de la versificación. Y si a esto añadimos el peso de una inmensa y apabullante tradición poética, en la que todo nos parece ya dicho y todos los senderos se delatan trillados, la insistencia en componer poemas bien podría tildarse de oficio pedantesco, divertimento inútil, convencional y especioso capricho.
Por desventura, el grueso de los poemarios que hoy se escriben, y, a decir verdad, la mayor parte de los antaños escritos, no hacen sino evidenciar la justeza de tan filistea pero cuerda censura.
Es por ello que en los poemas que hoy nos regala Guido Riggio adviene una palabra de excepción, que elude y deja atrás la posibilidad letal de la intrascendencia.
Son estos poemas un soplo caricioso: toque de frescura entre voces marchitas; eco de lo profundo sobre el coro de las irrelevancias; sobria hermosura entre alardes de feísmo; suave y tranquilo discurrir en medio de las arritmias que olvidaron la paz.
Se dibuja, en la pura y recurrente epifanía de estos “espejos”, el contorno de las esencias que sustancian la Poesía, la confirman sobre todo cinismo y la rescatan de toda perplejidad.
Poemas breves estos “Espejos”, en cuyo ámbito modela el pensamiento esas “pocas imágenes eternas” evocadoras de un esplendor intemporal. Se vuelca en ellos el vértigo sin fondo de la Conciencia, ella misma espejo, ser desdoblado, faz que ausculta sus propios perfiles, deidad que busca su propia divinidad. Y la búsqueda construye el tiempo, oleaje inasible y pavoroso en donde el Griego vislumbra “la imagen móvil de la eternidad”.
El Tiempo, la Conciencia, la Identidad –incógnitas perennes del más hondo pensar – nos convidan desde el cristal de cada estanque, de cada espejo, a zambullirnos en su misterio. Retornamos de allí renovados. Y aunque huérfanos de certezas escolásticas y poses doctrinarias algo nos dice que nos beso la infinitud. Nada más hace falta a la Poesía, y, en realidad, ninguna otra cosa la constituye.
Gracias Guido, por habernos colocado frente a tus espejos. Coparticipes nos haces del más noble de los dones.
Nelson Julio Minaya.
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…A Nelson por haberme mostrado el camino de Borges. A Borges por haberme mostrado el camino de Nelson.
1 Extraño libro
Extraño libro
que a mis ojos se torna inverso.
No como visto en un espejo.
No son las letras que hablan,
sino el espacio desierto,
el esqueleto blanco que perdura
después que huyeron las letras.
Me habla de un mundo invertido,
no muy extraño,
bastante se asemeja
al mundo en que vivimos.
2 Este rincón de la casa
Este rincón de la casa
que abono con mi tiempo,
donde retorna mi alma,
donde me miran mis libros,
con un pedazo de pan
y una copa de vino.
Bajo una lámpara triste,
en la poltrona cómplice de tantos bostezos
- blanco y negro su color, como el color del camino-.
Con Borges sobre el vientre- abierto en Los Espejos-
el ámbito inmerso en el canto gregoriano
y en el papel ,
despiertos ,
los trozos de mis sueños.
Este rincón de la casa
donde habitan mis cosas,
al calor de mis cansadas tristezas,
con las huellas de mis ojos,
empapadas de mi olor,
muy distinto, tal vez,
del rincón -sin espejo- que me espera al final del camino.
Me olvidarán mis cosas,
se esfumará mi olor,
no me verán mis libros.
3 -Mágico espejo
Hoy parecen mis días
un destello, una brisa;
tantas cosas que amar,
tanto tiempo sin tiempo.
Como se van los años
barridos por los años,
dispersos por el viento;
alargaré mis manos
los cogeré en mis dedos,
los verteré en mis ojos,
en mi mágico espejo.
Esconderé las horas
más allá de la brisa,
más allá de las flores las vestiré de rosas;
prisioneras del cristal,
prisioneras de mi sueño,
no las tocará el tiempo.
4-Esqueletos del tiempo
Estos flacos años
que visten mi alma,
que hieren mis huesos.
Días sin días,
formas espectrales,
esqueletos del tiempo,
tiempo sin tiempo.
Es larga la vida.
Es larga la muerte.
5-Mi espejo
Encontraré mi espejo
más allá de la flor,
sepultado en el tiempo.
El mastica mi rostro,
mis días,
mis sueños.
6-Aquel espejo
Aquel espejo,
laberinto de meandros ignotos
que nunca besará el mar.
Rigor inexorable
que empuja
hacia la fragua misteriosa,
al encuentro perpetuo de la vida,
al ritual de la existencia,
a la pequeña muerte,
al efímero engañó
que adormece
y que al Eterno Soñador
complace.
7-No hace falta el espejo
No hace falta el espejo,
bastan mis dedos
para descubrir mi rostro.
Conozco sus altos montes
y sus bajos suelos,
la gruta donde yace enmascarada
la fiera cazadora,
aferrada a la raíz,
sembrada en el oscuro
y remoto surco de los siglos,
nutrida por los tiempos agrestes,
despierta en la memoria de la sustancia,
guardando la existencia.
No hace falta el espejo
para mirar mi suelo.
Guido Riggio Pou
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