Sponsor

AD BANNER

Últimas Postagens

Porfirio Mamani Macedo - [Poeta Peruano]

Porfirio Mamani Macedo. Poeta y escritor peruano, nacido en Arequipa (Perú) en 1963. Doctor en Letras en la Universidad de la Sorbona, se graduó también de abogado en la Universidad Católica de Santa María, e hizo estudios de Literatura en la Universidad de San Agustín (Arequipa) y en la Sorbona. Ha publicado poemas y cuentos en varias revistas en Europa, Estados Unidos, Canada y Latinoamérica. Reside hoje na França.

Entre las obras de Porfirio Mamani destacan Ecos de la Memoria (poesía, 1988), Les Vigies (cuentos, 1997), Voz a orillas de un río/Voix sur les rives d'un fleuve (poesía, 2002), Le jardin el l’oubli (novela, 2002), Más allá del día/Au-delà du jour (poemas en prosa, 2000), Flora Tristan: La paria et la femme étrangère dans son oeuvre (ensayo, 2003), Voz más allá de lasfronteras/Voix au-delà des frontières (poesía, 2003) y Un verano en voz alta/Un été à voix haute (poesía, 2004). Ha enseñado en varias universidades francesas y actualmente reside en París y enseña en la Universidad de Picardie Jules Verne.

Poemas de Porfirio Mamani Macedo


EXTRANJERA I


Una noche
y después una noche más
todo para encontrar tus ojos
y tu llanto embalsamado de existencia.

Esa tu mirada transparente
aquella que los vientos soplan
esa se quedará conmigo.

Tú que me brindas
un océano en tus ojos
dispersarás también
tus sueños en mi canto.

Cómo no sentir el sol
por la ventana de tu alma
esa que me trae un río
de esperanza en tu mirada.


El Recuerdo

Sin preguntar nada a nadie debo alejarme de todo aquello que me falta. Mas cómo decirle no al mar, al viento, al polvo que me sigue, y también al llanto peregrino de los hombres que buscan, una llave, un camino que los salve. A una sombra me retiro, a la sombra de la piedra que soporta mi destino. Huellas que no borrará el tiempo; hojas que no caerán del árbol prohibido, palabras que no verán mis ojos. En alguna parte, con el polvo del desierto se escribirá mi nombre, yo que huyo del desierto y del mar, a ellos volverán mis pasos, que hoy arrastro a orillas de este río incierto que soy yo.



Soledad

¿Quién soy?, un ruido, una sombra que se dobla. ¿A quién veo?, a nadie. ¿A quién busco en el fondo de mis ojos?, a un espectro de perfil indefinido. ¿A quién encontraré en esta piedra desolada?, no lo sé. ¿A dónde voy?, a ninguna parte que no sea tu sombra peregrina. ¿Qué siento hoy cuando camino?, el alba. ¿Quién soy en la mar embravecida?, un instante, una hoja que flota sobre la piel del tiempo. ¿Qué brilla entre las nubes y mis ojos?, tu nombre: soledad.



El hombre

No somos el silencio de nadie, tampoco el recuerdo que otros inventaron. Somos una piedra que talla el tiempo; un navío que en la mar se busca a sí mismo. Somos también la voz, el eco del desierto, los sueños que dejamos enterrados en un cerro. Hoy que miro mis manos, sorprendo a alguien que no soy yo, al otro, ese que soy yo mismo, ese que anda por las orillas de los ríos, aquel que se acerca como un mudo laberinto.



DIOS

La irremplazable voz en el desierto erra una vez más. Se impregna con el aire, pernocta con el polvo en las noches. Pregunta la voz desconsolada por nosotros; pero nosotros, sordos, ciegos, no queremos ver ni oírle nada. La voz encadenada a su estigma, llora de amargura. Cuánta soledad brilla con el aire, cuánta pena se remueve con el polvo. Busca una morada en cada cosa, en cada onda, en cada uno de nosotros y nada. Inmenso, vaga triste su ser, en el cuerpo de un hombre viejo y cansado de buscarnos. ¡Cómo huirle cada vez que nos habla en el más antiguo silencio! Vamos, acerquémonos a ver el mar, la noche, el desierto donde mora la desnuda voz encadenada; procurémosle un manto de alegría. Ya cae la tarde. Ya no quedan siglos sino pasos para oírle una vez más.

Porfirio Mamani Macedo 
Todos os Direitos Autorais Reservados a Autora.

Nenhum comentário