Bahia Mahmud Awah. Poeta y Escritor de la
República del Sahara Occidental, miembro del grupo de escritores saharauis en
español Generación de la Amistad.
"Tú naciste en Gleibat Ihiyak,
pequeñas y hermosas colinas situadas al Sur de Auserd, estábamos nomadeando. Tu
abuela Nisha aquel día fue quién hizo de comadrona. No recuerdo bien el año de
los nazarenos. En ese lugar hicimos la fiesta de tu bautizo. Te ibas a llamar
Babih, pero tu abuelo y yo quisimos que te llamaras Bahia en homenaje a tu tío,
el gran poeta y caballero andante de la badia, Bahia uld Awah".
Así es como me lo contó la madre y
maestra que me dio clase en una tabla de madera llamada louh y me matriculó en
las primeras escuelas de la metrópoli. Así mi vida transcurrió en mis primeros
años entre el pastoreo en las llanuras de Tiris y el patio de mi colegio. Y se
fraguó el triángulo de vida de aquel niño del desierto que fui, entre Argel, La
Habana y Madrid. En los años ochenta terminé mis estudios de Telecomunicaciones
en Cuba, a pesar de mi inclinación por las letras, en especial la poesía que
aprendí a amar por mi madre. Pasé, ya en Madrid, por tres universidades en
busca del espacio que me correspondía en aquella sociedad que formó parte de mi
historia.
Empecé a escribir a partir de los
veinticinco años, pequeñas reflexiones y poemas. Pero el exilio, el destierro,
la injusticia cometida contra nuestra identidad y el amor al Sahara iban
despertando en mí algo que sentía que estaba dormido: los recuerdos de la
infancia, la vida en la badia, los años del éxodo y la guerra, los
condiscípulos de mi niñez o la historia de relevantes personajes de la contienda
nacional saharaui. Pude haber sido pastor toda mi vida, buscador de
dromedarios, bauah de las nubes, pero nuestro proceso de liberación me llevó
por otros senderos, los mismos que inspiraron aquella generación prodigiosa de
los años setenta. Sigo manteniendo con mi tradicional optimismo que un día muy
cercano, eufóricos festejaremos la vuelta a casa.
Con la literatura busco mis raíces,
investigo nuestra milenaria cultura e intento acercarla a las nuevas
generaciones que arrastran un eslabón perdido de nuestra historia. En estos
últimos años publiqué varios libros de poesía, relatos y presenté conferencias
sobre la cultura saharaui en varias universidades de Estados Unidos y España.
Soy miembro fundador de la Generación de la Amistad Saharaui. Formo parte del
Asociación de antropología, vinculada con la Universidad Autónoma de Madrid,
Antropología en Acción. Desde 2010 soy Profesor Honorario en Antropología
Social, Facultad de Filosofía y Letras, UAM.
Mis próximas paradas, "El sueño
de volver" y "La maestra que me enseñó en una tabla de madera",
son un hermoso periplo que os invito a recorrer, juntos todos, para llevarnos
al Sahara Occidental, su hermosa cultura y pacífica gente.
Poemas de Bahía Uld
Mahmud Uld Awah
Qué hago por ti
Otros días más sin ti, otros meses.
¿Otros años más sin ti?
¿Qué hago?
¿Me desespero o me radicalizo?
Pintaré de verde
¡fuera de mi casa intrusos!
en la fachada azul del mundo.
Y si no me escuchan, otra vez,
¿qué hago?
Escoge entre tu muerte sigilosa,
porque no te escucharán,
o las armas,
las armas legales,
las armas legales. Sí que te
escucharán
temblando sus amos porque tu razón
contundente les hará morder la
verdad.
Los libros
Los libros me hablaron de nefastas
e injustas guerras.
También me enseñaron
cómo odiarlas,
cómo repudiarlas.
Los libros
me condujeron a las entrañas
de mi siglo.
Porque he visto
poetas jornaleros,
poetas jardineros,
poetas cristaleros.
Poetas
que avivan las letras
donde el cielo abraza
la inmensidad de los desiertos.
Pero también he visto
que la palabra
de un poeta jardinero
equivale al precio
de un tulipán en Constantinopla.
El Aaiun o Beirut
Desde El Aaiun a Beirut poco distan
las palabras
que fluyen de rabia,
El Aaiun, los ojos
El Aaiun, los ojos
El Aaiun, los ojos.
Y en sus cuencas, perdidas,
desorbitadas,
las calles
huelen la misma barbarie.
La maquinaria bélica, las bombas,
los tanques,
las balas que fabrica la misma casa,
igual matan en Beirut, El Aaiun o en
Saigon.
Llámala como quieras, tú que
observas
desde el monte Sinai,
desde Paris, Madrid
o el edificio azul en Nueva York.
Yo soy otro Beirut al que nadie
llora,
yo soy otro Beirut del que nadie
habla,
yo soy ese Beirut hace treinta años,
cada día me matan y resucito.
Yo soy ese otro hermano que Beirut no
conoce,
y al que nadie llora.
Y me llamo El Aaiun, los ojos, que
igual rezuman
por El Aaiun o Beirut.
Articulo Literario
Salama uld Eydud,
el lírico vanguardista saharaui
Surcando rutas literarias tirseñas, trabajo
una futura publicación en episodios, Tiris rutas literarias. Un fascinante
periplo detrás de sendas literarias que en tiempos pasados hendieron eruditos,
discípulos, poetas, grandes oradores y guerreros saharauis del siglo XVIII al
XX. Y de estas históricas sendas de las letras saharauis trotamos con la historia del gran poeta Salama uld Eydud.
Un clásico y a la vez vanguardista en la controvertida poesía culta llamada legtaa[1].
Representó, junto a Yedehlu uld Esid, Erueyhel uld Emboirik y Beibuh uld Hach, un
auge literario en la poesía hasania, jamás conocido anteriormente en las letras
saharauis. Estos poetas fueron excepcionales líricos en este género menor de legtaa,
un extenso y largo debate literario surgido por primera vez en la literatura
saharaui del siglo pasado.
Salama nació en Kseiksu Lemhayib,
localidad zemureña de Guelta, en el año 1902. Descendiente de una familia
nómada, trashumante, que tenía en posesión una gran fortuna de ganado camellar
con el que erraban desde el territorio nacional saharaui hasta sus límites
extremos, hacía el suroeste adentrándose en la geografía mauritana hasta la
zona de Agyouyat, y al noroeste a Agailet Lejnafis, un pequeño pozo que tiene
como referencia un vistoso galb[2] en el norte del territorio
mauritano llamado Zad Nas. Recorría toda la geografía nacional de su patria
saharaui de Norte a Sur desde Eljat
hacia El Aaiun y más hacia las fronteras Norte. Entre los años cincuenta, que
vivió de nómada errante con su familia, se estableció en el suroeste por las
colinas de Lehdab. Ese año había sido muy bueno para los habitantes, cayeron
muchas lluvias, floreció la badia[3] y procreó el ganado. Posteriormente,
en am dega[4],
la familia del poeta en vigilia por las nubes se trasladó a Tiris central, por
la zona de Bir Enzaran donde su familia residió por unos años. Salama, regido
por el espíritu errante de su tiempo, en el año 1947 acampa en los extensos
valles de las cordilleras de Rish Anayim. Y como gran poeta de su tiempo,
agradecido por la bonanza de ese año, posiblemente desde la cima de una colina
observando la belleza del inmenso entorno telúrico escribió estos versos:
صبحت ذلرض الآ احفول فلعين
ؤعادت ناير
من تنافظ لم اطبول من ميمون البوداير
Bella e
ilustre amanece
en los ojos
esta tierra,
desde Tanafed
a Um Etbul,
y desde
Maimun a Bu Daira.
Salama, cumplidos
los cuarenta y cinco años de edad en el verano de ese mismo año, sobrevivió el trágico
derrumbe del pozo Anayim, cuando formaba parte de un grupo de hombres que estaban
limpiando y arreglando sus canales de profundidad para darles agua a sus
ganados. Aquel año el pozo era custodiado y gestionado durante el verano por un
soldado gumiat[5] de
la Mauritania francesa.
Después de
varias horas de trabajo en la profundidad de pozo, Salama y los otros yahara[6],
subían para descansar fuera. Y mientras lo hacían los ganaderos acercaron sus
animales para aprovechar el descanso y abrevar a sus ganados, pero el peso que
cientos de dromedarios ejercieron sobre la boca del pozo causó que éste se
derrumbara llevando mucha gente, animales y el fusil rubaia[7]
de aquel gumiat, que salvó la vida. El hecho se convirtió en un trágico
suceso con el que los saharauis nombraron ese año 1947, en su nomenclatura del
tiempo nómada, como am tiah anayim.
Salama no heredó
la poesía de su padre Eydud, sin embargo el don y el excelente manejo del verbo
hasaniano lo había adquirido de su madre, una mujer descendiente de una gran
estirpe de poetas y excepcionales oradores, bien conocida como Ahel Esid. Su
padre era un auténtico nómada influido por el instinto de la supervivencia y el
cuido de su ganado camellar y el sostén de la familia, sin vinculación alguna
al quehacer literario que desarrollaba su hijo. Su madre era tía del que
posteriormente fuera su contrincante literario, Yedehlu uld Badah uld Esid.
Desde edad
muy temprana Salama uld Eydud sentía atracción por el uso de las metáforas, la
retórica, los nombres de la tierra, el ritmo y la estructuración del verso hasaniano
que escuchaba recitar a sus tíos Ahel Esid. La convivencia desde edad muy
temprana con su primo Yedehlu y el compartir las enseñanzas de louh[8],
el pastoreo y algún que otro romance con jovencitas de su edad, hizo brotar sus
primeros versos que uno dirigía al otro con efusiva complicidad. Pero llegó un
momento de madurez en el que los dos fueron perfilando la identidad propia de
incipientes doctos poetas. Ese desenlace de identidad marcaría de aquí en
adelante la definición de un nuevo clasicismo y a la vez vanguardismo en la
literatura saharaui, representado por Salama uld Eydud y Yedehlu uld Esid. Renacentismo
en la poesía saharaui al que posteriormente se uniría Beibuh El Hach, Mohamed
Abdelahi y Erueiyel uld Emboirik.
Salama desde
sus comienzos en la poesía se destacó por ser una persona a quien gustaba mucho
las tertulias, escuchar a los sabios en el conocimiento y buscar espacios de
ambiente donde la improvisación del verso circunstancial era motivo de charla
en festejos de bodas o deleitables veladas de igauen[9].
Era un hombre de constitución frágil, absorbido por el afán del saber y el
cultivarse de los que más saben.
Salama
irrumpió en el denominado género legtaa retando a Yedehlu en un largo
duelo de temática variopinta y en diferentes etapas de su vida. Pero en ese
duelo literario no fueron exponentes ni ejemplo del estilo de las intensas
batallas de controversia “quevedogongorianas”, lejos de los sonetos satíricos
con los que mutuamente se hostigaron Luis de Góngora y Francisco Quevedo en la
historia de la literatura española. Salama y Yedehlu tuvieron el mérito de exponer
el género menor, legtaa, y acomodarlo en un contenido de notable interés
social entre los dos grandes pilares épicos y líricos cultos. El primer periodo se inició en el año 1936, siendo muy jóvenes los dos y
fue el comienzo de su vanguardismo en la poesía de la temática que manaba en el
ambiente de las bodas y otros festejos populares. El segundo periodo fue en
1950, siguiendo una nueva dinámica poética que iban adquiriendo ambos con mucha
intensidad, en especial en temas líricos, y el tercero y más conocido fue en los años
1960.Yedehlu había dejado la vida nómada en 1947, por la sedentarización urbana
y se instaló en la capital del territorio, El Aaiun. Fue un periodo espléndido
y en el que la conciencia de ambos contrincantes maduraba con nuevos conceptos
en el lenguaje usado y a la vez dirigiéndose a la sociedad. Su verso consagró
el nuevo sedentarismo y la fidelidad a las tradiciones y valores morales de la
cultura saharaui. Y como los poetas siempre fueron de su tiempo, la poesía de
Salama, Yedehlu, Beibuh, Mohamed Abdelahi y Rueiyel indudablemente contrastó
con fidelidad la época en la que vivieron estos grandes vates lírico-épicos de
las letras saharauis. La geografía patria, el amor, las tradiciones y el nuevo
antagonismo ciudad-badia son los temas más concurridos con los que se ha
caracterizado ese periodo y se han destacado estos ilustres vanguardistas.
Salama al
cumplir cincuenta años retrocedió con la memoria hacia su juventud, recordando
cómo transcurrió dichoso el mejor tiempo de su vida, nómada y libre con su
familia en la badia. Y por si los pecados del creyente no proscribieran despedía
ese tramo de su existencia con este meditabundo gaf[10].
يانا عادتلك لازمـة تنصح توب حسينَ
نبتت شيبة فلازمة وسنيين خمســـيــنَ
Ya me es obligado
y
conveniente,
cumplir la
penitencia,
en la
barbilla me crecen canas
y hoy me
siento quincuagenario.
Las
circunstancias políticas de ese periodo caracterizado por la colonización
europea al continente africano, conllevan para Salama revelarse contra las
incursiones francesas en las fronteras del Sahara, uniéndose a reductos de la resistencia
anticolonial saharaui. Junto a guerreros saharauis de su tiempo hostigaron a
las snga frecesas[11] en Atar donde cayó preso.
Fue trasladado a varias prisiones en las colonias francesas de Mauritania, Mali
y finalmente Senegal. Durante su cautiverio no dejó de dialogar con Yedehlu, enviándole
cortos versos y a veces algunas talá[12]
que iniciaba con el imperativo verbo “contadle a Yedhelu que كول ال جداهل (…)”
Cuatro años de
cautiverio en los que no dejó que la cárcel apagase el amor que sentía por su
tierra. Desde la cautividad sentía los largos días a trote de un dromedario que
le separaban del Sahara, escribió la siguiente talá en la que mencionaba
nombres de lugares en las lenguas africanas habladas en estas dos regiones y al
mismo tiempo imploraba a Dios que no le privara de ver su tierra.
هح اسكي مبعد يلجواد كلب العيد و دومس و امهاد المدن
و ازياك و واد الحاظ و تنيولك و البيرمن كيبان
و تنك و اوراد متنك و اكسير الصغير عدن فيهم مبعد من درمان
و وارك و بن تور تل افوكر المدن سبحان العظيم القدير
بما صنع الله كلن بلعبد
المؤمن الي خير
ياربي في ان فعلة بعد ابلاد و لي نختير لاتحرمن منهم و انت علي كل شئ قير
Dios, qué lejos
tan de mi Galb El Id, Dumes y Emhad Elmidna,
y aún más de
mí lo está Azayeg y Uad Elhad.
Teniueleg y
El Bir
tan lejos de
Kaibana,
Tanaga y las
flores de Matenga.
En Egseir
Esaguir aquí estoy tan lejos
de Derraman
y Auarek.
Y Bentur, al
norte, es morada que evoca el Medna.
Heme aquí
Absorto ante tu altar, Tú el todopoderoso,
ten piedad
con tu creyente siervo.
Oh, mi Dios,
ya que me has alejado de mi querida patria
no me prives
de ella porque tú eres el único capaz de todo.
Hablar de la
original obra literaria manuscrita de Salama, es retroceder al pasado y
remitirse a las obras literarias que fueron destruidas en la historia de la
humanidad, desde la Grecia antigua, la época de la inquisición en Europa, la reconquista
de Al Andalus y su quema de libros, la tragedia de la biblioteca de Alejandría o
las incursiones de las potencias occidentales en el África, como fue el caso de
la biblioteca de Chej Malainin, quemada y saqueada por la Francia colonialista
en 1913.
Y la
historia otra vez se repite, cuando España abandona el territorio cediéndolo a
Marruecos y Mauritania en la primavera de 1976. Salama vivía en la localidad de
Echederia, uno de los primeros pueblos saharauis que fueron ocupados y
arrasados por los militares marroquíes. Cuenta Sidi Brahim Salama, el hijo del
poeta, que el ejército marroquí entró en su casa y le prendió fuego, por ser
del padre del poeta que maldecía la tierra marroquí en su poesía, en referencia
al hijo, Sidi Brahim autor de estos versos.
Cumpliendo mi pastoreo en Deir[13],
allá están los picos, montes
de donde emana agua.
Pero yo no los cambio por Um Drus,
Anayim y Lehuashi.
Y también he visto olivares y
palmeras.
¡Maldito paisaje!,
prefiero ver Edjal, Ensayel y
Graitifa
Allí perecieron
para siempre cientos de manuscritos, miles de versos, decenas de nombres de
hermosas damas que había cantado, nombres de legendarios montes de Tiris, lugares
de acampadas, valles, frig[14] e historias de bodas
saharauis … pero no sabían que la poesía sobrevive en el tiempo cuando la
intentan asesinar es cuando las están dando vida.
El poeta disipó
sus últimos años en el refugio compartiendo el destino de su gente y su causa.
Desde 1986 en paz descasa para siempre junto a muchos familiares y otros de su
generación en el largo camino, con la mano puesta como visera sobre la frente, buscando
en el horizonte la patria saharaui.
Bahia Mahmud Awah
[1] Dialogo poético de controversia entre poetas. Género menor en la literatura
saharaui y mauritana, considerado un diálogo que puede ser épico o lírico entre
poetas
[2] Monte, también significa corazón
[3] Campos o regiones verdes en el desierto
[4] 1953, el año de la vacunación. La potencia ocupante vacunó masivamente
a la población saharaui que había sido afectada por lo que, años después, se
supo que había sido un ensayo nuclear francés en el sur del territorio
argelino.
[5] Compañías del ejército colonial francés compuesta de militares origen
africano
[6] Excavadores de pozos de agua en el desierto
[7] Fusil antiguo mecanismo manual de cuatro cartuchos
[8] Tabla de madera de color castaño usada como cuaderno para el
aprendizaje de las primeras letras y la memorización del Corán y el estudio de
la poesía
[9] Trovadores, griot conocidos en Mauritania que se dedican a la música
[10] Verso en la lengua hasania
[11] Compañías francesas compuestas de cien soldados, clasificación del
ejército francés en sus colonias africanas
[12] Composición poética más larga que el verso en la literatura saharaui y
mauritana
[13] Región en el sur marroquí por el río Uad Nun
[14] Campamentos de jaimas tradicionales saharauis acampadas en un lugar
del desierto
Bahia Mahmud Awah
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