Los largos caminos y
lejanos horizontes de Tania Alegria
Por: Ernesto R. del Valle
Poeta del Mundo.
Editor de la Revista GUATINí.
"Entrevista a una de las más
importante escritora brasileña contemporánea donde habla de su experiencia en
la Internet y los escritores que la han marcado en su estilo literario."
Un compromiso se convierte
en una deuda cuando es algo íntimo, y se hace látigo restallante cada vez que
piensas que no ha sido cumplida.. Esto es lo que me ha sucedido con Marien, la
querida amiga virtual y colega literaria, brasileño-portuguesa, Tania Alegría,
pero para mí siempre Marien, aquella administradora consecuente, siempre a mano
y locuaz del excelente Foro SALA DE ESCRITORES. Ya, desde esa lejana fecha del
2002, tenía yo en mente, sin ella saberlo, hacerle unas preguntas a fin de
conocer sobre aquella simbiosis habida
en su vocación literaria siendo abogada de profesión, defendiendo los derechos
de una Agencia Naviera. Hoy, con beneplácito cumplo aquel compromiso conmigo
mismo, aquella deuda secreta que tenía con ella.
(Ernesto R. del Valle)
Entrevista
Ernesto R. del Valle: Marien, quisiera que me hablaras de aquella niña
que, aunque sigue contigo, cómplice de tus aciertos y desaciertos, recuerdas
con nostalgia. Háblame de esa etapa temprana de tu niñez, la casa que conociste
cuando comenzaste a tener uso de razón y sobre todo, háblame de tus padres.
Tania Alegría: Mi recuerdo más lejano es un patio
en un país tropical. Árboles de fruto y madreselvas, una exuberancia de verdes,
un suelo de tierra donde correr y jugar, una casa modesta en un barrio de la
periferia…
ERdelV.: ¿Dónde Marien?
T.A.: En Porto Alegre, Rio Grande do Sul, Brasil,
en los años 50. De mis padres recuerdo el brío y la alegría, el empeño en el
trabajo arduo, las manos dispuestas a la caricia, la generosidad que esparcían
a su entorno, el corazón hospitalario y el don de gentes. Ambos habían venido
muy jóvenes del interior del Estado, de zonas campesinas, él de Quaraí, en la
frontera con Uruguay, ella de Restinga, zona de colonización alemana. Vinieron
a la capital a buscarse trabajo y un futuro más promisor que aquél que parecía
estarles destinado en sus tierras de origen. Ella se consiguió trabajo en la
compañía telefónica y él en una empresa de seguradora.
ERdelV: ¿Ya se conocían tus padres antes de llegar a Porto Alegre?
T.A.: No, se
conocieron en Porto Alegre y ahí se casaron. Su casa siempre estuvo abierta
para recibir a los parientes niños y jóvenes que venían del interior, bien
porque se habían quedado huérfanos, bien porque deseaban estudiar o encontrar
trabajo.
ERdelV.: Gente sencilla y trabajadora, como los que encuentras en el interior de
cualquier país, Cuba, Santo Domingo, Haití. ¿Pero cuéntame, cómo recuerdas la
casa de tu infancia?
T.A.: Así
recuerdo la casa de mi infancia, un lugar humilde y alegre, lleno de niños,
adolescentes y jóvenes. Además de mis padres, una presencia notable en mi
infancia fue la de mi hermana: aunque desde hace cuarenta años vivimos en
países distintos, seguimos unidas como en el tiempo en que compartíamos las
travesuras de subir a los árboles, succionar las flores de las madreselvas,
jugar con muñecas de trapo y ataviarnos con aderezos de gitanas.
ERdelV.: Tuviste alguna experiencia, en tu
vida sobre la pampa gaucha, ¿dónde fue eso?
T.A.: Tenía ocho años cuando mi padre ingresó en
la función pública y fuimos a vivir en Santana do Livramento, ciudad fronteriza
con Rivera, Uruguay. En esas dos pequeñas ciudades del interior, incrustadas en
la pampa gaucha, pegadas una a la otra, ubicadas en dos países vecinos y que no
están separadas por ninguna frontera, ni accidentes geográficos, ni puestos aduaneros,
donde la única referencia a la existencia de dos países es un obelisco en una
plaza y los idiomas que se hablan en una y otra acera de la misma calle, viví
hasta completar dieciocho años, cuando volví a Porto Alegre para cursar la
Universidad.
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Tania con su padre a
los tres años de edad.
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ERdelV.: Pienso que esa vida te habrá marcado para siempre ¿Que te queda en la
memoria de esa etapa, digamos, pampeana, de esa cultura, de esa costumbre
gaucha?
T.A.: En esa pequeña ciudad que empezaba en un
país y terminaba en otro, cercada de inmensas planicies verdes, se estructuró
mi personalidad, fundada en los valores de las gentes gauchas y pampeanas,
gentes quietas, con un exacerbado sentido de la honra y el absoluto respecto
por la palabra dada. Crecí en un lugar donde los campos se extienden hasta el
horizonte, sin que ningún obstáculo se presente ante la mirada. Crecí sin
montañas, sin ríos, sin florestas, sin fronteras, habituada a las líneas
rectas, a los largos caminos, a los lejanos horizontes, al cielo que empieza
delante de los ojos si se mira en frente, no arriba de ellos.
ERdelV.: Marien, me es sumamente interesante tu etapa de estudios
universitarios
T.A.: Dos cursos universitarios completados en el Brasil, un
curso de pos grado hecho en Portugal, mi casamiento con un portugués, el nacimiento
y crianza de mis dos hijos y la carrera en el sector del comercio internacional
y transportes marítimos.
ERdelV.:
Allí está el detalle, una joven con inclinaciones literarias hace carrera
comercial internacional. ¿Cómo fue eso?
T.A.: Está bien que sea así: ése es igualmente un
salto sobre treinta años de vocación odiada, porque yo había decidido ser
escritora en la adolescencia. Después la vida me llevó por otros caminos. Sin
embargo, la lectura fue una constante a lo ancho y a lo largo de mi trayectoria
de vida. Desde la adolescencia, siempre fui una lectora apasionada y
compulsiva.
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Banderas de Brasil en
Santana
do Livramiento (Brasil)
y Rivera (Uruguay)
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ERdelV.: ¿Leías mucho?
T.A.: Leía todo lo que me apareciera delante de
los ojos, cualquier texto que tuviese al alcance de la mano. No eran lecturas
orientadas o encauzadas a un propósito definido: leía periódicos, revistas,
libros de cuentos y novelas, diccionarios, enciclopedias. Devoraba todo lo que
fuese palabra en tinta negra sobre papel blanco. Leía en casa cuando mi vida
doméstica y profesional me dejaba tiempo, en la arena cuando llevaba a mis
niños a la playa, en los transportes públicos, en las salas de espera de
consultorios médicos, en cualquier lugar donde estuviera esperando a alguien o
algo. Si miro hacia atrás, en todas las escenas que recuerdo de mi vida me veo
con un libro en las manos, en la bolsa, en la mesilla. Pero nunca más pensé en
escribir.
ERdelV.: ¿Cómo entra en tu vida entonces,
Sala de Escritores?
T.A. Cuando
cerré mi carrera profesional, en 2002,
decidí que era tiempo de retomar el interés por el oficio de escribir.
Entonces el mundo literario ya se había vuelto más asequible con el surgimiento
de la Internet y tenía delante de mí un vasto universo donde la práctica de la
literatura estaba al alcance de todos. En la red virtual me sentí como un pez
en el agua: estaba habituada a vivir sin fronteras. Así surge en mis
encrucijadas el foro poético literario Sala de Escritores, que fundé en 2002 y
administré hasta 2009, cuando dejé de usar el pseudónimo Marien (por el cual muchos compañeros hasta la fecha me tratan) y
me desligué de la Internet porque necesitaba ese tiempo para cuidar de mi nieto
y para escribir. En realidad, desde esa época mis actividades en la red virtual
cesaron casi completamente, a excepción de la edición de mis blogs en español y
portugués, de esporádicas colaboraciones en revistas cuando soy invitada, y de
mi empeño en divulgar los objetivos de la organización Remes – Red Mundial de Escritores
en Español, contra el plagio y el anonimato en la red, en la cual soy
responsable del Área Literatura en Internet.
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La Escritora a los 18 años |
ERdelV.: Recuerdo que en aquella etapa comenzabas a tomar el Idioma Español por las
riendas, incluso, en algunas ocasiones yo te ayudaba personalmente en la
sintaxis y recuerdo cómo, con esa voluntad que brotaba en ti como fuerza
telúrica, hacías todo lo posible por mejorar el entuerto. Años más tarde veo
con gran sorpresa y maravillado, tus poemas en un español limpio, lúcido, esplendente.
Mi pregunta, Marién, va directa a ese empeño tuyo por expresarte en Español, ¿a
que se debía esa particularidad en ti?
T.A.: Cuando
empecé a frecuentar la red virtual no encontré en los sitios de lengua
portuguesa -probablemente porque no supe buscar- ninguno que me ofreciera
condiciones para iniciar mi aprendizaje de las técnicas de narrativa y
versificación, pero constaté que la red de habla hispana era un territorio con
variadas y ricas posibilidades. Para transitar esos mapas necesitaba primero aprender
a escribir en español. Por eso creé el foro Sala de Escritores, que fue así
llamado precisamente porque quería asegurarme de que los participantes tuvieran
el dominio del idioma, para aprender de ellos. Allí nos encontramos, Ernesto, y
hasta hoy mi corazón y mi intelecto se regocijan por ese encuentro. Fuiste mi
primer maestro y el primer compañero de administración del foro. Contigo empecé
a aprender a escribir en castellano y tu paciencia y talento pedagógico me
motivaron para seguir aprendiendo aun cuando, más tarde, nuestros caminos
virtuales siguieron diferentes rumbos.
ERdelV.: Yo guardo un especial cariño por todos los miembros de Sala de Escritores. Aún contacto, de cuando en vez con la chilena
Freya, Aguas Claras, ¿recuerdas?
Marien, hablame de ese aprendizaje como administradora de un foro en español.
T.A: Para administrar un foro de habla hispana
debería saber expresarme en español. Conocía el idioma como resultado de mi
vivencia en la frontera con Uruguay, pero aún no podía evaluar la riqueza del
léxico, el mérito de la gramática, la orfebrería de la sintaxis. Menos aún
podría captar la brillantez de los textos originales de mis escritores
favoritos de habla hispana. Pongamos que lo mío con el idioma español es un
caso de amor.
Continuo siendo aprendiz de la lengua castellana y
cumple decir que, si pulcritud hay en mis versos desde el punto de vista de la
lingüística, eso se debe no solamente a mi empeño en aprender sino a la
revisión sistemática de mis poemas hechos por los poetas argentinos Carlos Raúl
Lemiña Cortéz y Rafaela Pinto, a quienes considero dos de las más sonoras voces
de la poesía contemporánea de habla española.
Cierta vez relaté los entresijos psicológicos de mi
relación con el idioma español, más bien la relación entre mis egos Tania
Alegria y Marién, en el cuento intitulado “Marién”, editado en mi libro
“Histórias do Mundo Virtual”, cuya versión en español se encuentra publicada en
el blog con el mismo título: “Histórias
del mundo virtual”.
ERdelV.: Cuando leo un poema tuyo, me abstraigo de todo lo
que me rodea, cosa que me sucede, solamente, en mis momentos de creación. Tus
versos son como limados, potencialmente estructurados, trabajados con
fruición, con un objetivo básico. ¿Eres
una perfeccionista del verso?
T.A.: Sí, Ernesto. Sin duda, soy una
perfeccionista del verso, en el sentido que busco componer versos técnicamente
correctos. En verdad, no hay nada que no sacrifique a la pulcritud técnica: el
vocabulario, el mensaje, la idea poética, todo queda en segundo plano ante el
desafío de escribir un verso formalmente perfecto. Pienso que ésa es una
actitud coherente, puesto que si quisiera privilegiar otros elementos, como la
inspiración o el léxico, escribiría lo mismo en prosa poética, no en poemas. No
debemos olvidar que un poema es una obra compuesta en versos y lo que
caracteriza el verso es el ritmo, la cadencia. Si la métrica y el ritmo
acentual no están presentes, lo que tenemos es una prosa cuyas frases no van
hasta el final de la línea sino que están recortadas en retazos acomodados unos
debajo de los otros.
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Encuentro Sala de
Escritores
(Granada 2007)
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ERdelV.: ¿Estás convencida de que las normas o preceptiva literaria en
cuanto a la construcción del verso es inviolable?
T.A.: Tengo la firme convicción de que el poeta
que no esté dispuesto a respetar las normas de la versificación o la convención
de la línea poética si se trata de versos libres -que, al contrario de lo que
muchos parecen pensar, no por ser compuestos en períodos prosódicos
distintos dejan de exigir la sonoridad
del verso- debería escribir prosa poética, narrativa u otro género o subgénero,
y dejar que los poemas sigan siendo composiciones formadas por un conjunto de
versos con su propia melodía y musicalidad.
ERdelV.: Que crees de algunos poetas que llaman poema a las líneas de la prosa,
partidas una debajo de las otras? José Martí, entre muchos en su época nos dejó
una inmensa fortuna literaria escrita en versos libres. Yugo y estrella, por citar un ejemplo.
T.A.: Es de lamentar que en estos tiempos y sobre todo en la
red virtual, la denominación verso libre -una innovación magistral que tuvo en
Carlos Alfredo Becú, James Freyre y Rubén Darío sus precursores en idioma
español- actualmente sirva para designar cualquier conjunto de frases que se
presenten expuestas todo abajo y a derecho. No deberíamos olvidar la lección de
T. S. Eliot: "Ningún verso es libre para el
hombre que quiere hacer un buen trabajo."
Por otro lado, actualmente se nota -sobre todo en la
red virtual- cierta tendencia para la innovación poética, designada por sus
adeptos como poesía experimental. No obstante, algunos poetas parecen confundir
innovación con trasgresión a la gramática. Personalmente pienso que hay formas
de innovar en poesía, con recurso a la temática y a los recursos retóricos, sin
caer en la tentación de abastardar el idioma en pro de una pseudo revolución
formal de la poética.
Por esas tendencias que referí, considero mi deber -en
la condición de verseadora en un idioma que no es el mío- la observancia
rigurosa de la preceptiva, aunque suela trabajar con versos polimétricos
blancos. De todos modos, sea en poética o en narrativa, tengo siempre delante
de mis ojos la frase que Franz Kafka escribió en una carta a Max Brod y que
tengo pegada al lado de mi ordenador: “Todo mi ser se alarma delante de cada
palabra; cada palabra, antes que la escriba, mira a su alrededor”.
ERdelV.: Hiciste tu aparición en la poesía actual con un libro de poemas que,
–según el decir de nuestra colega, la poetisa argentina Rafaela Pinto- es de una calidad excepcional. Aquel
libro es In-Versos. Luego vinieron
otros, Memorial de Exorcismos, Navegando espejos
Además de
Cuentos, Relatos y una Novela. ¿Cuál de los libros de poesías actualmente
editados se encuentra dentro de tu preferencia? ¿Hay algún impulso inconsciente
que te hace decidir cuál libro prefieres sobre otro?
T.A.: Hasta el
presente tengo cuatro libros de poesía editados en España, Portugal y Paraguay.
Pienso que mi mejor libro es el primero, "InVerso", publicado por Ediciones RiE - Redactors i Editors,
Valencia, España, en 2008, aunque cabe decir que algunos de los poemas de ese
libro están reproducidos en "Memorial de Exorcismos" (2010) y también
publicados en portugués en "Poemas sem flor nem fruto", editado en
Oporto (2011).
ERdelV.: ¿Algo especial hay en In-Versos para que tenga la categoría de “mejor
libro”?
T.A.: Las
razones de mi preferencia por "InVerso"
son sólo en parte subjetivas y en gran medida de orden técnica, pues se prenden
con el desarrollo de mi proceso creativo, de lo que resultó una diferencia
conceptual de la poesía entre ese primer libro y los demás. Aunque no sea fácil
a una sumergirse en los entresijos de la propia creación poética, voy a
intentar un enunciado del proceso creativo que acabo de referir: En la fase en
que compuse los poemas de "InVerso"
sucedía surgirme un tema en la mente -que consideraba con condiciones para ser
trabajado con los instrumentos del arte poético- y lo desarrollaba en un
conjunto de versos. En un momento dado pasaron a surgirme en la mente uno o dos
versos hechos, en general endecasílabos, completos, perfectos en metro y ritmo
acentual, y alrededor de esos versos construía un tema. Por otras palabras,
inicialmente buscaba versos para expresar una idea, después pasé a buscar ideas
para justificar los versos. Esto puesto, a mí me parece evidente que pasé de
poeta a verseadora, lo que desde un
punto de vista lógico parecerá un recorrido descendiente en el proceso
creativo, lo que no me preocupó demasiado pues ese fenómeno sucedió en el
momento en que había me dedicado a la literatura de ficción y la narrativa pasó
a ocupar un lugar privilegiado en mis quehaceres literarios.
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Tania en Lisboa |
ERdelV.: Te mueves entre dos orillas, Brasil y Portugal. En una entrevista a la
revista Meander Magazine dejaste sobre este tema unos versos que te hago
recordar:
Patria es el suelo en donde
alguna vez
se inscribieron las huellas
de mis muertos,
por eso yo me iré sin saber
nunca
de qué lado el mar era el
exilio.
¿A qué
circunstancias se debe a que seas mujer de dos Patrias?
T.A.: Suelo ir al
Brasil dos o tres veces cada año, tengo allí a mi familia estructural de
origen, mi madre, mi hermana y demás familiares, tengo una casa, intereses de
diversa índole, cometidos editoriales y compromisos cívicos, pues mantengo la
nacionalidad brasileña a par con la portuguesa que adquirí por matrimonio. En
Lisboa, donde tengo residencia permanente, están mi marido, mis hijos, mi
nieto. Por esos motivos en cierta forma estoy siempre en viaje, cruzando el
Atlántico de un lado a otro y esparciendo adioses en ambas márgenes, transportando
proyectos, preocupaciones y añoranzas de una orilla a la otra, siempre
llegando, siempre partiendo, siempre con los verbos conjugados en gerundio. Es
mi signo de ave migratoria. En uno de mis “Poemas epistolarios” creo haber
conseguido enunciarlo al mencionar "la
línea sutil del meridiano que divide mi exilio en hemisferios".
Además, como expresan los versos que citas, en ambos países están mis muertos y
una mujer pertenece a la tierra donde enterró a los suyos.
ERdelV.: Juan Rulfo, Gabriel García Márquez y
Juan Carlos Onetti
Tres nombres que para ti, son los baluartes de la prosa Hispanoamericana y que
de alguna manera influyen y marcan tu estilo narrativo. ¿Con cuál de los tres
consagrarías o hallarías razones como para dejar a los otros dos a un lado?
T.A.: No es tarea
fácil privilegiar a uno de los tres autores mencionados, sin embargo no puedo
dejar de curvarme en reverencia ante la evidencia de que Rulfo consiguió, con
la publicación de apenas dos libros, el reconocimiento y la celebridad que
García Márquez y Onetti lograron con docenas de obras. Hay que ser realmente
grande para, con solo dos obras publicadas, alzarse a la altura del colombiano
que llevó el realismo mágico a los vértices que nadie pudo ultrapasar y del
uruguayo que es considerado el padrino
oculto e inquietante de la literatura latinoamericana.
ERdelV.: Entre el
verbo desesperante, trágico, telúrico de un Rulfo, la prosa inquietantemente
acusatoria de Onetti quien para muchos, su libro La vida breve editado en 1950 es su libro más famoso, es decir entre estos dos señores escritores, y
caer apresado en las redes dialógicas de un Gabo, ¿por cuál te decidirías?
T.A.: En una
apreciación subjetiva, diría que el lenguaje de Rulfo es más primitivo y
auténtico -y tal vez por eso más musical-, su estilo llega con más fluidez a la
totalidad de los sentidos del lector, las estructuras sobre las cuales erigió
la novela “Pedro Páramo” y los cuentos de “Llano en llamas” son absolutamente
innovadoras, su escritura ejerció en los autores latinoamericanos sus
contemporáneos una influencia sólo comparable a la ejercida por Faulkner. No
sin razón Álvaro Mutis, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Jorge Luís
Borges consideraron las obras de Rulfo cumbres de la literatura universal.
ERdelV.: ¿Cómo ve Marien la Literatura joven en Brasil y
Portugal?
T.A.: Lamentablemente no dispongo de suficiente información
sobre la literatura joven en Brasil y Portugal. En ambos países la máquina
editorial y el mercado distribuidor privilegian la publicación de autores
reconocidos y son dadas pocas hipótesis a los jóvenes autores. Lo que se
evidencia ante una mirada realística de la literatura de habla lusitana es que
primero hay que hacerse un nombre -como periodista, articulista, columnista,
presentador televisivo- para después lograr un lugar visible en el mundo
editorial. Por otro lado, en los países de habla portuguesa es claramente ineficaz,
a efectos de la literatura nacional, la acción de los agentes literarios, cuya
función primordial parecer ser promover la publicación de autores extranjeros.
Si hacemos
un recorrido por la red virtual encontramos páginas de poetas y escritores de
habla portuguesa en número bastante inferior a las de autores hispanohablantes.
Por otro
lado, en cuanto al Brasil, no podemos ignorar la realidad de que debido a la
extensión del territorio, un autor que se publique en uno de los Estados de la Unión
raramente será conocido en otros, porque las redes de distribución son, en
general, de pequeña dimensión y restringidas al ámbito local.
ERdelV.: Freya Hodar, nuestra común amiga y colega chilena, de la quwe te
hablé hace un instante, me hizo llegar una nota de tu última publicación. Cuéntame de qué se trata.
T.A.: Mi último libro, una novela editada en el Brasil en
Noviembre del año pasado se intitula "Enquanto o vento" y será publicado este año en Paraguay, con
distribución también en Argentina, con el título "Mientras el
viento".
La novela trata -como todas las obras que componen mi
labor narrativa- de la crueldad. Debo aclarar que escribo sistemáticamente
sobre la crueldad porque pienso que es lo peor que existe en el mundo.
ERdelV.: Puedes hablarme suscintamente de la trama sicológica de la novela?
T.A.: “Mientras el viento” es una novela de situación, o de
episodio –según la tipología establecida por Wolfgang Kaiser– en la cual los
personajes son conducidos por la trama y no al contrario como sucedería en una
novela de personaje o de acontecimiento. Es el torbellino de las circunstancias
que arrastran la vida de los individuos lo que lleva a uno de los protagonistas
a tomar consciencia de que “cada ser
humano es culpable de lo que sucede en su isla”.
ERdelV.: ¿Qué tienes como proyecto para el futuro próximo?
T.A.: En el
futuro próximo tengo proyectada la publicación de una novela en la cual desde
hace algunos meses estoy trabajando, intitulada "El libro de Ismael".
La obra es
la transcripción de cinco cuadernos escritos por un prisionero condenado por
homicidio, durante el tiempo en que cumple la pena en una prisión-modelo, una
especie de proyecto experimental de transformación del sistema penitenciario en
un país latinoamericano.
ERdelV.: ¿Crees
necesario decirle algo a los jóvenes escritores?
T.A.: Nunca
pierdo la oportunidad de decir algo a los jóvenes, sean escritores o no, puesto
que ellos son el futuro, que es lo que de más precioso existe en la vida del
mundo. Digo a los jóvenes, escritores y lectores, que pongan su capacidad de
rebelión y su talento subversivo (que todos los jóvenes los tienen) al servicio
de la justicia social y concentren la pujanza de su juventud en la preparación
de un futuro más digno para la humanidad, lo que es decir, donde la vida humana
no sea objeto de injusticia y crueldad.
Especialmente
a los jóvenes escritores repito las palabras de Juan Carlos Onetti, que
expresan lo que pienso sin que yo misma hubiera sido capaz de decirlo con tanta
claridad: "No sacrifiquen la
sinceridad literaria a nada. Ni a la política ni al triunfo. Escriban siempre
para ese otro, silencioso e implacable, que llevamos dentro y no es posible
engañar".
ERdelV.: Gracias Marién, por tu tiempo y tus palabras. Un
abrazo cordial y de largo alcance desde Miami.
T.A.: Gracias a
ti, Ernesto, a quien suelo llamar mi Poeta Amigo, por el honor que me haces al
entrevistarme. Una vez más presento mis congratulaciones por tu entrega
desinteresada a los valores culturales y empeño en la divulgación de la poesía
y literatura de habla hispana. Desde Lisboa, un saludo cordial y un abrazo con
el acostumbrado afecto.
Todos os direitos autorais reservados ao entrevistador.
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