EVROPA MATER NOSTRA: Sobre identidad y unidad del discurso Latinoamérica. Una metáfora
reductora en Perú.
por Raúl Allain (*); raulallave1189@hotmail.com
(Pre)logo
Revisando mi cuenta de Facebook, uno de mis contactos me pasa
un enlace a un blog
en el que se critica una fotografía de Mario Testino, para la revista VOGUE de
2008, en una publicación titulada “Lo andino invisible”: la imagen muestra a
dos modelos de raza blanca cargando a
dos niñas indígenas en medio de una plaza cuzqueña. A mediana distancia, se
observan mujeres indígenas poco identificables. ¿La crítica?: el insoslayable e
infaltable racismo. Leyendo los comentarios, casi a vuelo de pájaro, leo palabras
como: paranoia, racista(ismo), interpretación, legado, cultura hegemónica,
cultura andina, inferioridad, nuestra hermandad, contenido. Colonización,
marginación. Deshumanizante. Idiotas.
Un recuerdo de 2010: en una
clase, exponiendo sobre la crisis de paradigmas en nuestra ciencia y el
conocimiento de los pueblos originales de América, el profesor a cargo suelta
la frase: “…el conocimiento, la ciencia, de los pueblos indígenas…”. Antes de
la llegada de los europeos, no existían conocimiento (del latin cognoscere) ni ciencia (del lat. scientia). Es equiparable, sí, porque
observamos que son equivalentes, son resultados de la mente, incluso efectivos,
cada uno a su manera, pero ¿que haya habido ciencia en el incanato, por
ejemplo? Ciencia y conocimiento son un producto de Europa, las palabras mismas
etimológicamente, valga la redundancia, nacen allá. Son procesos (hasta
culturales, diría yo) propios de allá. Recién cuando llegan es que hay ciencia,
hay conocimiento. El término no es de ellos. Apenas terminé de intervenir,
extrañas miradas se dirigieron hacia mí… [finaliza en el Epílogo]
1.
La herencia negada
En diversos ámbitos de
expresión, desde el arte hasta la ciencia social, y desde hace ya varios años,
se viene haciendo una crítica a nuestra sujeción de los modelos europeos
(eurocentrismo, le llaman), a pensar y criticar desde Europa, el sentirnos y sabernos (creernos) europeos. En
respuesta, vemos una ola de revalorización de la cultura prehispánica… El saber, las costumbres, creencias y lugares de valor
histórico y tradicional son rescatados y convertidos en nuevas fuentes para el
desarrollo de AmLat y la consolidación de una identidad ya no subyugada a
Europa. De una AmLat más nuestra.
Un punto interesante es el
que respecta a la idea de conocimiento, tan caro a la Modernidad. Dentro de
este discurso reivindicatorio, el conocimiento
de los pueblos tradicionales. Resucitándolo del epìstemicidio de la invasión europea, un primer acercamiento es la
valoración práctica, útil (¿pragmática?) de ellos: bien es sabido que muchas técnicas tradicionales son eficientes y
amigables con el medio ambiente en comparación con la técnica europea,
industrial, capitalista. Se propone incluso su inserción a la ciencia social de
AmLat por sus aportes, por construir la historia de la región a pesar de su
marginalidad, sin renegar de los aportes europeos, y por una cuestión de “deuda
histórica”, a mi ver. Mas este conocimiento pertenece al mundo de las
creencias, “mitos”, la tradición, del ‘encantamiento’. El conocimiento nacería,
más bien, de un proceso racional, apoyado en la empiria desprejuiciada. La
ciencia se erige como el corpus del conocimiento como búsqueda de la verdad, y
la experimentación su comprobación y sustento de la liberación del hombre del
oscurantismo y los decires populares. Ahora los prehispánicos también tuvieron
ciencia sin ser europeos (a menos que se amplíe el termino ciencia, lo que
equivale a tergiversarlo pues se debe a un locus y tiempo). Y con los invasores
llegaron sus creencias, sus modos y discurso. Posteriormente, ya con la
independencia política y, sin ir muy lejos, entrado el S. XX., se “moderniza”
AmLat. Infraestructura, riego planificado, y la reciente conexión de los
colegios públicos a internet conviven con problemas estructurales, desde la
pobreza hasta la idea de una fragmentada identidad latinoamericana.
Se busca romper con el
legado de los invasores pero se sigue pensado en clave europea, o bajo formas
europeas. Este texto y la crítica que en nuestra región se hace contra el
eurocentrismo están escritos en…
español, incluso la sola idea d crítica viene de ellos. “Modernizan” pueblos
donde ese discurso nunca fue enunciado animados por la universalidad de sus valores. ¿Podremos salir completamente de
Europa, por no decir dejar de ser eurocéntricos o europeos? AmLat vive en estos
momentos, desde distintos frentes, un discurso reivindicatorio de su pasado, a
la par que la democracia y la participación son portaestandarte de las
aspiraciones actuales, mientras un país hace de su nombre una marca… Podríamos
considerar que continuamos el legado moderno de libertad y uso de la razón (transmodernidad), cuando al final sólo
repetiríamos vanas palabras ajenas.
2.La promesa incumplida
¿Se puede, entonces, modernizar
AmLat? Es como injertar a la fuerza una piel a una herida. Los únicos modernos
fueron los europeos mismos, dejaron de serlo cuando su discurso fue criticado,
superado y excedido. La Modernidad (con mayúsculas, pues con minúsculas refiere
a ese proceso pretendido universal durante tanto tiempo imperante) es un fenómeno
propio y exclusivo de Europa, una expresión
cultural exclusiva a ellos, y como tal, su etnocentrismo se prestaba para
“implantarse” sobre/en otros pueblos, significando incluso su exterminio.
Cultura que se formaliza en un discurso “formal”, valga la redundancia, que
agita en tanto sus defensores se saben liberados, y constatan empíricamente la verdad de su realidad ante la evidencia
de la superioridad (victoria) bélica, cultural, incluso espiritual. Ningún
pueblo se moderniza. La modernidad tiene su finitud en ellos, es sólo el nombre
que recibió una etapa de su historia. Fuente de categorías, fue la mensura del
europeo ante el Nuevo Mundo, asimilando lo extraño como si, per sé, fuera
asimilable y negando otros rasgos más cercanos a la universalidad: la
comunicación. Y es natural que suceda ello, pues su forma de pensar es LA forma de pensar. No en vano tiene una Lógica
que es LA lógica, la forma correcta de pensar. El precio por ser modernos, un
pago involuntario, fue reducir su particularidad al proclamarse y realizarse/imponerse
como universales. Sí, se realizó una universalidad, pero universalizando su
particularidad, traicionando su propia promesa de progreso.
Los indígenas nunca tuvieron
ciencia, ni conocimiento, ni fueron hombres. Llamar así a los actos que identificamos
como similares con lo que llamamos ciencia, sea por simple intención de
denominar o por mostrar respeto y reivindicarlos es negar toda la historia que
llevan tras sí y reemplazarla por palabras y una actitud más light. Cuando una verdadera actitud de
respeto es dar espacio y revalorar la forma propia y pura d los pueblos de
concebirse a si mismos. Ellos tenían un mundo desde le que se enunciaban. Y no
es derecho nuestro negárselo bajo nuevos términos.
3.Los herederos
Europa es Europa, América es
América, de eso no hay duda, pero los límites fueron trasgredidos quinientos
años ha. Sin embargo, quienes se impusieron fueron ellos. Nuestra forma de
pensar, LA forma, es impensable sin Europa; es producto del conflicto entre
unos por dominar a otros, y otros por resistirse a ese dominio, de encajonar
por la fuerza lo impensado en la forma natural ,categórica, de ver el mundo. El
encuentro de los dos mundos pudo haber sido de un acercamiento curioso,
superado por la comunicación, donde se hubiera logrado igualdad, mas el Otro
fue visto como negación del Yo y, como tal, un ataque. Confrontación en la que
el miedo a la muerte (exterminio, etnocidio o epistemicidio) lleva a garantizar
la seguridad al costo que sea
necesario. La definición misma de hombre (homo,
anthropos) refiere al que vive en la
propia comunidad (de ellos) o polis, como una diferenciación política y
cultural; si bien desde la antigüedad había contacto con otras civilizaciones,
el Nuevo Mundo representó una completa novedad pues los pueblos diversos del
Antiguo ya formaban parte del proceso de modernización: ya estaban ahí, y se
constituyeron en formadores de la identidad europea. Se trata de conservar lo
más intactas posibles las tradiciones y visiones de mundo, fortaleciendo la
comunicación que se está forjando, pero en nuevos términos. Una conservación
que nos invita a preguntarnos: ¿nosotros, de dónde somos?
No somos de Europa. No somos
de AmLat. Somos de ambos. No de una armónica fusión cultural, sino de una
historia traumática cuyos efectos aún se viven día a día, en la que el una vez
vencedor aún ejerce un dominio, más sutil y por ello más poderoso. Dominio que
ya empezó a decaer, pero no de la mejor forma, a mi ver. Nuestro origen es una
situación conflictiva, a pesar de haberse dado con el tiempo procesos llamados
ora de mestizaje, ora de hibridación o integración… A pesar del “sosiego” que
pueda haber, sea por falta de crítica o por una aceptación del estado de cosas,
es un choque, conflicto, lo que configura la llamada realidad. Así, las
diferentes expresiones culturales de AmLat (la tradicional y la llamada
“moderna”), incluida la ciencia social, pueden ser vistas bajo esta luz.
Venimos de Europa, tenemos
su legado y estamos disociados (fuimos separados, por decirlo de alguna manera)
de “nuestro origen”. La invasión europea cortó la continuidad cultural entre
los prehispánicos y nosotros. No somos ellos. Estamos fragmentados. Se nos
vende la idea de identidad en base a una región, a haber sido colonia, es
decir, reproduciendo las fronteras y status establecidos por ellos. ¿Por qué?
Porque nuestro origen conflictivo se configura desde la invasión y el nuevo
orden que imponen al llegar nuestra región, no desde la visión de los
pobladores originales, los vencidos. Superponen su mundo, difunden su idioma,
expanden su pensamiento y enseñan su historia. Separados desde el inicio, ahora
se nos propone “retomar nuestros orígenes”, como si una línea estuviera latente
entre los prehispánicos y nosotros, de la misma forma que, desde la crítica de
Dussel, Europa se considera heredera de Grecia y Roma, resultando ella más bien
bárbara y configurada por civilizaciones extranjeras.
Conclusión
Con Europa o sin Europa,
estamos arrojados a una tierra que es nuestra sin habérnosla ganado. El ser en
un lugar nos mueve a buscar identificarnos con el, desde el juego de poder, el
más cercano: los vencidos.
No hay que dejarse seducir
por la identificación, la tentación de nombrar sólo por la semejanza, la
equivalencia, el deseo de encasillar en nuestras categorías. No “son”. Incluso
con un espíritu reivindicatorio por terminar equiparando lo autóctono a lo
europeo, es necesario mantener la distancia, pues en ella está la diferencia y
se obtiene la identidad, tanto de ellos como la nuestra. En caso no, se corre
el riesgo de caer en le discurso único, homogenizante y total. Es peligroso
soslayar, olvidar, el origen foráneo de la nuestra forma de pensar, incluso la
crítica misma lleva la impronta de Europa, no sólo en el lenguaje, sino todo lo
que construye el pensamiento, el sólo hablar de epistemología y ciencia es
propio de un lenguaje no autóctono, y por tanto, de un mundo ajeno. Negara
a Europa, además, significaría negar
nuestra forma de conocimiento.
Si es ajeno a lo autóctono
en AmLat, ¿por qué la necesidad de que nosotros marquemos esa diferencia? Por
un lado, hemos heredado una estructura de poder que no se corresponde a los
valores tradicionales, sino al modelo europeo. Por otro, porque vivimos en el
reciente bombardeo propagandístico/publicitario de una identidad latina,
peruana, se nos habla de orgullo nacional, y nosotros los receptores tenemos
una conexión fragmentada con los portadores de la tradición, nuestra historia
esta marcada por la ruptura y la heterogeneidad. Reconocer al vencedor, no sólo
en lo bélico y político, sino también en el cognoscitivo, no es sinónimo de
agachar la cabeza, sino de saber quién detentó el poder para conocer y afrontar
mejor nuestro panorama.
No se trata de regresar o
retornar a las formas prehispánicas de vivir, sino de ser conscientes de la
diferencia, de la fragmentación, y así respetar la diferencia que otorga identidad.
Desde esa aceptación, construir un pensamiento considerado latinoamericano, consciente
de que se mueve gracias a un origen europeo y se nutre de los verdaderos dueños
de la región.
Podemos rescatar un aparente
valor humano universal: lo que en Europa se denomina comunicación, sea en la
perspectiva comunitaria o societal, bajo un cuidadoso ejercicio de equivalencia,
podemos encontrarlo en diversas culturas; de hecho, no hay cultura que no tenga
comunicación, dejando en claro que ellas tendrán su propia forma de enunciar lo
que nosotros identificamos y llamamos “comunicación”. No se trata de dar la primacía
a Europa, de preferirla, sino de saber de dónde venimos para poder decidir a dónde
vamos.
Epílogo
La fotografía de Testino
pertenece a un conjunto de fotos que narran la compenetración de dos turistas
europeas a la cultura local. La sensación que dejan es de una visita
fascinante, pero poco compenetrada. Trunca. Por otro lado, después de mi
intervención en clase, la expresión de mis compañeros oscilaba entre la extrañeza
y los deseos de lapidarme
(*) Presidente del Instituto Peruano de la
Juventud (IPJ) y codirector del sello independiente Río Negro.
Raúl Allain (Lima,
1989) Estudiante de Sociología en la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos. Fundador de Grupo Suicidas y editor de la trilogía: Suicidas Sub
21 (Editorial electrónica Remolinos, 2009 / Portal de Humanidades
Liceus, 2008), Suicidas Sub 21: versión 2.0 (Feria virtual. I Feria
Internacional del Libro Arequipa, 2009) y Suicidas Sub 21: versión
final (Editorial Mondo Kronhela Literatura, 2010 / Revista Almiar, 2010 /
Portal de Humanidades Liceus, 2010). Ha sido incluido en antologías
como Antología Décimo Aniversario de Lord Byron Ediciones (Lord Byron
Ediciones, Madrid, 2013), Poesía, Cuentos y Vos 2012 (Editorial Pasión
de Escritores, Buenos Aires, 2012), Catástasis 2011 (Ediciones OREM,
Trujillo, 2011), Pinceladas poéticas (Sociedad Peruana de Poetas, Lima,
2011), Veinte poetas: Muestra de poesía contemporánea (I.F-D. Editor.
Lima, 2010), Lima: Visiones desde el dibujo y la poesía (Iván
Fernández-Dávila. Editor. Lima, 2010), Poesía y Narrativa
Hispanoamericana Actual (Vision Libros - Lord Byron Ediciones, Madrid,
2010), Abofeteando a un cadáver (Bizarro Ediciones - Centro Cultural de
España, 2007), entre otras.https://es.wikipedia.org/wiki/Raúl_Allain_Vega
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