Dora Sánchez [Poeta Hondurenha]
Datos Curricularres
1988, Maestra de Educación Primaria, Escuela Normal Mixta Pedro Nufio.
2005, Capacitación en Proyecto Educativo de Centro.
2005, Taller y simposio “Desarrollo infantil temprano –una prioridad para el crecimiento económico sostenido y equidad –Washington, D.C., Sept. 27-30.
2006, Pensum en VIH-SIDA.
2012, Profesora en Arte con el grado de Licenciatura por la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.
2014, cursos de diagramación de libros.
2014, Diplomado en Educación Superior. U.P.N.F.M.
EXPERIENCIA LABORAL
1988, Maestra en Educación de Adultos.
1989, Facilitadora para el Proyecto Health for children, Secretaría de Salud, Tegucigalpa, Francisco Morazán.
1990, Promotora cultural Ediciones Océano, Teg., Fco. Morazán.
1991, Maestra en pre-escolar, Kinder Geany, Teg., Fco. Morazán.
1992, Maestra de multigrado (5º y 6º grado). Jardín y escuela San Sebastián, col. San Miguel, Teg., Fco. Morazán.
1992-2005, Correduría de Arte,
2005-2008, Facilitadora para el Proyecto Educativo de Centro (PEC), crédito 3497, Banco Mundial, Secretaría de Educación, Teg., Fco. Morazán.
2010, Cooperación en restauración de Edificios Antiguos, New Orleans, Louisiana, EUA.
2010, Institutriz, New Orleans, Louisiana, EUA.
2011, 2014. Correduría de arte hondureño y centroamericano. Curaduría de colecciones privadas de arte hondureño y centroamericano. Restauración de arte bidimensional.
2014, Levantamiento de textos. Corrección de estilo. Diagramación de libros. Cuidado de edición de libros.
TRABAJOS VOLUNTARIOS
2002, Organizadora de exposición “La pintura y su lenguaje 2002”, Museo del Hombre hondureño, Teg., Fco. Morazán.
2009, Danza Moderna, Expresión Corporal, UPNFM, Teg., Fco. Morazán.
2009-2014, Actos y mímica, UPNFM, Teg., Fco. Morazán.
2008, Producción, participación en guion, actuación, en el corto metraje “El Chele”, basado en el cuento del mismo nombre del poeta y escritor hondureño del siglo XIX Juan Ramón Molina, en ocasión del centenario de su muerte; Producciones Terra Caput, U.P.N.F.M., Teg., Fco. Morazán.
2010, Diseño de Ilustraciones para afiches y libros de poesía, Teg., Fco. Morazán, Honduras, C.A.; Miami, Florida, EUA.
2011, Clases de Artes Plásticas para 7º grado, Instituto España Jesús Milla Selva, col. Kennedy, Teg., Fco. Morazán.
2012, Fotografía artística. Fotomontajes.
2013, cuidado neonatal y atención al diabético.
2013, Blog en el diario hondureño El Heraldo: “Doramar habla de Arte”
2014. Cuidado de edición del libro “De pinos y otros árboles, del reino”; antólogo: poeta hondureño Livio Ramírez Lozano.
2014. Elaboración del libro de Artes Plásticas para el Bachillerato en Ciencias y Humanidades que recién se implementa en Honduras.
REFERENCIAS
Depto. de Arte, U.P.N.F.M.
IDIOMAS
Español.
Firts level in english.
ACREDITACIONES
54 acreditaciones curriculares por la UPNFM, Licenciatura en Arte.
PATENTES Y PUBLICACIONES
-Diseños e ilustraciones de afiches. Portadas de libros de poesía (Poeta nicaragüense Cesar Lacayo, Poeta hondureño Galel Cárdenas).
-“La cabeza de los Dragones” libro de poesía inédito.
-”Libro sin nombre”, poesía, inédito.
-Ensayo sobre Benigno Gómez, inédito.
-Ensayo sobre Allan Caicedo, inédito.
-Investigación sobre Primitivismo hondureño, inédito.
-Artículos y ensayos en el blog “Doramar habla de arte” del diario hondureño elheraldo.hn, predominantemente en temas que versan con la Crítica de Arte.
INTERESES Y ACTIVIDADES
Capacitación contínua. Avances científicos y tecnológicos. Leer y escribir, dibujar y pintar. Correduría de Arte. Correduría de antigüedades. Crítica de arte. Diseño, planificación y ejecución de proyectos. Fotografía. Teatro. Cine.
AFICIONES
Estudios de caso individual o social. Ciencias políticas.
INFORMATICA
Manejo de los programas básicos de Microsoft office. Corel Drive.
LICENCIAS Y CERTIFICADOS
-Maestra de Educación Primaria por ENMPN.
-Profesora en Arte con el grado de Licenciada por la UPNFM.
El libro para después
Tegucigalpa M.D.C.
Poesía.
Prologo
Dos décadas tardé en entender que hacía mucho estaba escribiendo nuevo material sobre viejo material: otro libro sobre el viejo libro. Una ruinas sin fin donde construía nuevas ruinas sin fin
La pregunta obligada fue: ¿cuántos libros, entonces, van sobre el primer libro?. Una construcción sobre otra construcción. Un nudo de ideas acumuladas en un solo espacio. No una escritura a partir de otra sino una escritura sobre otra. No un edificio de palabras armado sobre un terraplén que cubría o protegía la anterior escritura sino una reparación sobre otra reparación, una ventana cuadrada cambiada -corregida- por una redonda. La misma ventana pero diferente. Una construcción que nunca acababa. Parche sobre parche. Antes de que se volviera ruina (ya era ruina), la reparación.
Un solo libro...sin nunca acabar. Un híbrido monstruoso, una cosa que no es nada, un estilo hecho de muchos estilos...¡ah!, una fatal revoltura.
Así se pasaron dos décadas, hasta ayer, cuando encontré un nuevo título.
"El libro para después" tiene en su nombre una ironía; no es el libro para leerlo inmediatamente, de un tirón, un libro para “ya”; no, es para cuando algún lector tenga tiempo y humor para clavarse semejante lectura. Para cuando la curiosidad sea muy fuerte y vaya acompañada de la paciencia y la buena fe.
A veces pienso que yo misma no leería algo que alguien escribiera parecido a lo que escribo; nunca he podido enamorarme de mis propios escritos. Conozco a algunos(as) que leen con gran gusto lo que hace tiempo han escrito. Gente que se regodea en sí misma, yo no, nunca he podido.
Siempre me encuentro defectos insalvables, radicales, fundamentales. Siempre tengo la sensación de querer decir más pero que, con mi lenguaje, no puedo. Siempre creo que no me he explicado lo suficiente, ni correctamente.
Otro problema es la temática, sin temor a ofender, pienso que, como mujer escritora, hay temas que no debo tocar. Para que me entiendan: por cuestiones de género se espera que una mujer sea más suave, más sensual, menos amarga, menos realista; por ejemplo, es bastante predecible que las mujeres pintemos flores a la acuarela pero no agua fuertes representando una masacre.
Cuando pintamos la masacre, nos quedan viendo como si de cuasi monos incapaces de ver esas cosas se tratara. Así, cuando leo ante un público alguno de mis poemas, la gente se me queda viendo muy asombrada, casi como si no lo pudiera creer.
No es solo que éste evento curioso me haya ocurrido con mis amigos o lo que yo llamo “mis amigos”, gente que únicamente conoce mi faceta jocosa (modestia aparte, me ufano de poseer un sentido del humor que raya con la locura) no, me ha pasado casi con todo el mundo; siempre veo esos rostros asombrados, como si mi cotidiana cara o forma de ver el mundo no fuera congruente con lo que escribo, o peor aún, como si lo que acabo de leerles no fuera mío.
Debo confesar que esto último me causa mucha gracia, una hilaridad que me viene desde el lado izquierdo de la mandíbula y me enciende los ojos de asombro a mi vez.
Tengo preguntas sin respuesta, por ejemplo: ¿cómo me verán los que me rodean, cómo me escucharán, que montón de estupideces les parecerá que digo...?¿será que en persona parezco frívola e impertinente...¿vacía?.
No pueden unir mis escritos con mi vida diaria...¡pero es que sería verdaderamente aburrida si hablara siempre como en mis escritos!. Para algunos ya soy intolerable normalmente, no digamos si viviera en mis versos. Lo que uno escribe no necesariamente refleja lo que uno vive. ¡No toda la literatura es autobiográfica!. Puedo hablar del otro o la otra y en verdad hablar del otro o la otra. ¿Acaso no pueden todos los que escriben hacer eso?
Visto esto, que para mí representa un problema, en “El libro para después” sigo hablando de los otros pero en primera persona, intimo el tema, lo hago mío para darle calor y color pero es poesía a partir de la poesía, escritos a partir de la lectura de la obra de grandes escritores que admiro en gran manera y que he leído solamente en español.
Y en este sentido es necesario decir que las traducciones suelen sumar o restar a todo escrito, por lo que cada traducción es más que una versión de un escrito, es “otro” libro.
Yo he leído esos otros libros de varios escritores de lengua inglesa o francesa o rusa o china o japonesa o árabe o piamontesa o italiana o alemana o rumana o finesa o egipcia o india o eslava o portuguesa o gallega, entre otras, y lo he hecho a través de los ojos del traductor, no directamente de las manos del escritor.
Afortunadamente para los que hablamos español, nuestra lengua posee verdaderos colosos de la literatura universal también, personajes en sí mismos que escriben sobre personajes, inverosímiles muchas veces, en su valiosa lengua materna.
Así, Borges, Bioy Casares, Vargas Llosa, Cortazar, Rulfo, Paz, Cabrera Infante, Hernandez, Lorca, Cervantes, Dario, Sabato, y otros tantísimos que injustamente estoy olvidando ahora...son de primera mano en mi haber literario. Una verdadera fortuna para mí y para todos los que comparten mi lengua. Un buen “pie de cría” como dirían mis otros amigos los criadores de perros.
Vale la pena mencionar, ya que estoy hablando del tema, de los demás temas, a parte del sentimental o reflexivo o existencial o patético o amargado o irónico, que me interesan: el desierto, las dunas, la herencia, la genética, la evolución, la memoria, los espejos, los relojes, los enormes perros infernales, los ángeles, los demonios, los caballos, los pájaros, los árboles que dan frutos, las piedras, los ojos humanos o animales y sus mutaciones, las mutaciones, el espacio exterior, mi pequeñez dentro de la pequeñez de La Tierra, las bacterias por su parecido en tamaño relativo con mi especie, la soberbia humana, la ira humana, los vicios humanos, las cualidades humanas, la grandeza del humano y últimamente, el tema que me parece el más grande de todos: la verdadera guerra humana.
“El libro para después” habla de esa verdadera guerra, en la que me considero un soldado, más bien una veterana ya. No recuerdo los accésit pero si todas y cada una de mis heridas y de ellas hablo. No puedo pensar en mi pensamiento reflexivo sin mis heridas, unas más hermosas que otras. Algunas tan vivas aun. Mas, por sobre esas heridas intimas hay otras que no son enteramente mías sino de todos pero que me duelen hasta la rabia, de ellas hablo mayormente en este nuevo (¿viejo?) libro.
Sirva, pues, este pequeño prólogo para ayudarles a entender algunas piezas que a continuación espero terminen de leer antes de tirar el libro por algún agujero. No espero que les guste [aunque si les gusta, que bien], no es para eso que los invito a leer, es para que sean ustedes mismos (¡ah!, cuanto daría por ver dentro de sus mentes todos y cada uno de los argumentos que se desatarían como resultado de mis escritos.)
Abril, 2014
El perfecto tema.
“Mientras reflexionaba en silencio”
Walt Whitman
¡Ah!, la guerra
[¿qué sería sin los magníficos soldados?]
simplemente sobra pues ya no cabe
ni un muerto más en este mundo
opulento de ultrajes, horrendo en mentiras.
El gran tema de los magnos bardos
̶ los antiguos poetas ̶ ¿los avergonzaría hoy?
jamás otearon las guerras del futuro
ni pugnas de dioses lidiadas
en la implacable arena ciberespacial.
Esos mismos dioses, esos mismos héroes
serian enclenques figurillas de arena,
̶ pigmeos ̶ delante de nuestro nuevo Cronos.
Vencidos ̶ con un mínimo esfuerzo ̶
por un botón en wall street.
Para esas guerras no habrá más poesía
sino ésta que ahora escribo;
no habrán más cantos a la ilustre muerte,
ni desiertos que renazcan por una noble pizca
de sangre derramada por el hijo de algún dios
No, no habrá más poesía a los flamígeros
insignes aunque amenazadores pregunten:
̶ ¿qué entonas?.
Pues yo digo:
hay guerras cotidianas, libradas
por verdaderos héroes, sobrevivientes
guerreros actuales que merecen más
que un simple canto homérico.
A los héroes de estas guerras he de cantar:
al nuevo Ulises: Colacho, el de la 4ta.
A la nueva Diana: Chabela, la de la rifa.
Sin cantos trágicos ni lástimas postreras,
a esos guerreros he de cantar.
El perfecto tema II.
Mi libro y la guerra son uno
(…)
“A ti, vieja causa”
Walt Whitman
la de vivir.
Existe una implacable, vieja guerra:
la de la vida.
Mas yo, necia, ¡quiero vivir, no subsistir!
¡quiero trabajo pero con salario!
laborar para vivir, no subexistir laborando.
Quiero el cable, la luz, el agua, el teléfono,
la casa, el bus, la ropa, la limpieza de la ropa,
pagados.
No quiero un crucero por el Báltico,
ni siquiera por el Caribe,
o un shopping en Miami, ni un millón,
¡solo quiero los tres viejos tiempos de comida!
No quiero el coche de colección en Pasadena
ni una camioneta de la Volvo
¡solo quiero un bus donde no me asalten ni asesinen¡
No quiero un descafeinado, ni un latte,
tampoco una cena en The Bistro´s
¡solo quiero café de palo* por las mañanas!
Y todo esto lo quiero en mi país, en mi casa,
con mi gente teniéndolo también
¿es mucho pedir?, díganme, ¿es mucho?
Otro tema de más. (…)
no quiero ninguna religión de hombre
excepto la que yo misma conciba.
No creo en el hombre ni la mujer de al lado,
y al mismo tiempo,
creo en el hombre, la mujer
y más aún en el niño universal
pero no en sus palabras
huecas, destinadas al vacío.
No es que sea joven, ni vieja
o que mis lecturas me enajenen, ¡no!
es que ya no tengo fe en la especie o sus inventos.
No tengo fe y no puedo creer
en las palabras de mi propia especie
o en traducciones de traducciones de traducciones
de la palabra de un dios
̶ importante, sí, pero importado también ̶
que le habló a un solo pueblo de la humanidad.
[Escribo esto y mi cuerpo entero
tiembla de miedo ante las consecuencias.]
Mas, creo que Dios tampoco tiene religión.
Si es que el verbo es verdad
no tendría religión, ni raza, ni fe ciega
y sentiría, sentiría, sentiría.
¿Soy o no soy?
No,
no soy atea
̶ aún no ̶
porque hasta el “sin dios”
también tiene una fe: la razón.
Yo, más bien, ̶ precavida ̶
espero, impaciente,
el eterno final del silencio de Dios.
Poema a dos voces o la eterna lucha. (…)
Él: te amo.
Ella: ¿me amás?
Él: con la mente, con la piel, con el alma…
Ella: ¡ah!, solo exagerás.
Él: ¡no!, en verdad te amo...
Ella: si me amaras, escribirías versos a mi nombre.
Él: pero si los he escrito todos en tu pecho.
Ella: ¿en mi pecho decís? pero si ahí solo hay besos, no versos.
Él: ¿por qué me castigás si sabés que te amo?
Ella: ¿castigo?, ¿para quién? esto es lo de siempre: la eterna historia.
Él: ...si, es la eterna historia: dejar jirones de vida en vos...
Ella: has dejado tu llanto más no tu dolor, has dejado tu piel pero no tu alma, has dejado el canto pero no la esencia. Entonces ¿de qué me hablás?
Él: de la sinrazón que es este hombre sin vos.
Ella: del amante, mas, no del hombre, querrás decir.
Él: ¡de la descabellada criatura que soy si no estás aquí!.
Ella: ¿de la insoportable soledad?.
Él: no, de ella no, pues es mi eterna comparsa.
Ella: ¿del hastío de las horas?
Él: no, del tiempo que pasa tan lento no, ese es mi estático espacio.
Ella: ¿de la causa sin efecto de la vida?
Él: no, mis causas todas, están perdidas.
Ella: ¿del limbo en que quedamos después de aquella muerte?
Él: si, de eso mismo amada, de esa muerte que vivimos juntos; de ese amor que se precipitó a un espacio donde no cabía ni la más mínima estrella pues no había sitio para otra cosa que no fuera amarte.
Ella: …yo era la estrella, el sol de tu existencia, ¿ese era mi espacio?...
Él: vos sos el espacio...no la estrella; caben millones de estrellas en el espacio, pero el espacio ¿dónde cabe?; vos sos, pues, el verdadero todo para mí.
Ella: es mi juventud. Apenas ayer pude alcanzar la fruta del árbol prohibido.
Él: yo no sé qué edad tengo, no me importa; al despertar esta mañana, te ví y me vencí. Nadie más pudo haberme vencido.
Ella: tengo en mis entrañas la edad de la siembra, el verano que resplandece, la caricia que no hastía. Tengo lo que necesita toda mujer para ser bella: la juventud.
Él: serás bella aunque llegue el invierno a tus cabellos. Lo sé.
Ella: pero ahora es el momento, ni antes ni después podría ser. Luego, tu amor decaerá como las hojas de los árboles en otoño. Y eso, también lo sé yo.
Él: antes te amaba pues ya te presentía, ahora te amo porque te creo, mañana, cuando ya no estés, te amaré con la dicha del que atesora sus recuerdos.
Ella: ¿me recordarás eternamente? ¿Serás mío entonces?
Él: seré, como ahora, no lo dudés jamás.
Ella: ¿a pesar del tiempo o la distancia? Lo decís hoy, en mi presencia, pero la prueba del tiempo, no sé si aprobarás.
Él: En la muerte como ahora, te amaré.
Ella: ¿en la idea?
Él: ¿en el solo pensamiento?, por favor, ¡si ya vivís en él!. Si, lo haré, te lo vuelvo a jurar.
Ella: ¿y en la nada, me amarás?
Él: siempre seremos algo: vos y yo.
Hay guerras y guerras
Que no cesan a pesar de tanta muerte
gente que se odia más allá de su propia concepción;
miles son los muertos, millones --es más--:
La Tierra posee más muertos que recordar
que vivos para alimentar.
Los muertos van en los tanques de combustible,
en la rosa que ahora en tu mano atesoras
o en la arena ocre de las playas del mar.
Ellos no mueren, jamás, nadie muere en realidad,
Yo, por mi parte, poseo mis propios odios,
vivo en mi eterna cruzada
enfatuada de mis lúcidas heridas
con mis pestilentes muertos a la espalda,
y mis propias peleas sin acabar.
La belleza envenena
Como te restriegan a la flaca del escote dorado
o a la gorda parada en la punta de un barco.
Como te venden al muchacho tachonado
de esteroides en calzoncillos
de colores capitán américa.
Occidente, occidente, ¡que desgracia!
mala hora en la que nació Holly Wood.
Que desdicha esas dos horas de distancia
entre las barras y las estrellas
y mi mal llamada Honduras.
Si,
envenena el estereotipo.
Mata, corrompe, aniquila, degenera
la calca platinada o el metrosexual,
si,
y lo peor es que aburre.
La Cabeza de los Dragones
La Cabeza de los Dragones comparte una manzana
vamos al encuentro de la tormenta
el río, la corte, los muros,
todo pasa y queda atrás,
en el boulevard.
Río
(hayku)
¿Qué ven mis ojos?
̶̶ Un río que cantando va
¿Cantando, dices?
Multitud
(hachô)
Multitud,
que solo se esta siempre,
con vos.
Odisseo
¿Para qué Odisseo
te lamentas por tus intimas caídas?
¿Para qué llorar a tus hermanos
si estaban condenados
desde el vientre y los designios?
¿Para qué buscas a Ítaca
si la estrellaste contra el muro
lanzándola después desde el acantilado
a un mar de perros?
Ésta que canta,
¡tan poquita cosa!
la despenelopada,
Astarté en tus mentiras,
te dice:
--¡ay, Ítaca no existe!
fué solo un sueño.
Um comentário
Espero que la lectura de mi poesía sea agradable, sinceramente lo anhelo. Alguna vez alguien me dijo que mi poesía era patética, que por qué no escribía sobre mi sensualidad, mis pasiones. En mis libros hablo de mi sensualidad y pasiones pero a mi manera. Al parecer esta "manera" es vista por otros como desolada, triste, deprimente. La belleza de la literatura no esta en escribir sino en ser leído y en las múltiples interpretaciones que el lector, que al final es el mas importante en el axioma, de al escrito. Dora Sánchez.
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