El amor en la prosa
No hay que temerle a la
palabra amor, al deseo de escribir sobre el amor, a generar obras que tengan
como base el amor. Pero no a la manera ridícula y mentirosa de Javier Marías
(Los enamoramientos) o José Ovejero (La invención del amor), que esconden su incapacidad
de erotizar a la palabra con historias de cemento y de ciudad y de tantas otras
cosas que están tan lejos de la verdadera sustancia, del centro mismo de la
vida.
El amor en la prosa es
aquello que mueve a las palabras, un algo que se entrelaza con cada letra
plasmada en el papel, y que genera un ritmo distinto a todo lo demás. El amor
exige a la puntuación ser menos severa, porque ve con malos ojos al punto y
seguido y, al punto final, no lo acepta -no puede- a éste lo obliga a llegar al
fondo de su propio agujero negro.
El amor no sabe de
historias en las que el tiempo mande cada una de sus acciones, donde lo lineal
marque un final del que no quiere saber nada.
Se huye de esos personajes
atados a la cotidianidad, de aquellos que requieren de un marco social
prestablecido para desarrollarse, de escenarios, lugares, listos para recibir
el triángulo amoroso de aquellos que entienden al amor como un estado
emocional. Y pregunto, ¿qué sabe el amor de la vida de los hombres cuando se
manifiesta de esa manera? ¿Por qué el amor debe ser vulgarizado con personajes
de falso romance?
El amor no es consciente
de su mala utilización, el amor se da y no para de dar y darse en una
continuidad perpetua. El amor en sí mismo no se corrompe ni se pervierte porque
está siempre en un estado de pensamiento detenido que constantemente es captado
por la infinidad de amorosos que no saben qué hacer con él. Pero ¿un narrador
debería saber cómo expresar y manifestar al amor a través de sus mal amadas
palabras? Sí, solo si se libera de sus propias ataduras, si deja a sus
experiencias sensibles expresarse; si les da la libertad necesaria a sus
palabras para que éstas consigan su ritmo erótico, porque solamente la poesía
con su movimiento erotizante es capaz de expresar a dicha sustancia sensible.
El amor en la prosa exige
que la sensibilidad poética o artística de cada autor se manifieste en la mayor
parte de sus líneas.
El amor cabe en un puñado
de versos como también, en un cuento o una novela. No hay que buscarle
escenario al amor para su desarrollo, mejor, que el amor creé su propio
escenario al mismo tiempo que se desenvuelve para descubrirse en nosotros, y
nosotros en su inabarcable forma.
Juan Mireles - Escritor
(Estado de México, 1984) y director editor de la revista literaria y de arte
Monolito (México).Ha sido publicado en la revista española Palabras Diversas
(España), Letralia (Venezuela). Cronopio (Colombia), Cuadrivio (México), Punto
en línea (UNAM. México), Justa Revista Digital de Editorial Jus (México),
Radiador Magazine (México). Revista Anomalía (México), Revista Biografía
(Brasil), Cinosargo (Chile), La ira de Morfeo (Chile-Argentina); Agrupación
Puerta Abierta Chile-México. Letras de parnaso (España), Nagari (EUA), Los
sábados, las prostitutas madrugan mucho para estar dispuestas (España). Almiar
(España). Suicidas sub 21 (Perú); suplemento cultural La Jirafa del Diario
Regional de Zapotlán, Jalisco. La pluma afilada (España). Revista Inopia
(Puerto Rico). Textos suyos han sido integrados en la antología Memoria 2012
del club de escritores Palabra sobre palabra publicado por Editorial Círculo
Rojo (España). Prologó el libro premiado Job aterido del escritor español
Javier Sachez. Editorial Seleer. España. 2012. Participó con el ensayo “La violencia
como producto de la sociedad” en el Segundo Encuentro de Escritores por Ciudad
Juárez, simultáneo Colima. Formó parte del jurado del I Premio palabra sobre
palabra de poesía. Mantuvo por un año (2012) el espacio Cuentos que me cuento
en la web española (ya desaparecida) La pluma afilada (España). Actualmente
mantiene una columna semanal en Revista Biografía (Brasil).Blog personal: http://wwwjuanmireles.blogspot.mx/
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