María Eugenia Caseiro - [Poeta Cubana]
I
La noche es azafata de la nave sin dueño
que zarpara en silencio al comienzo del mundo
despertando lujuria entre perros y gatos
que ladran y maúllan.
II
El peso de la lenta rotura de las horas...
El ritmo de la ausencia sin fin, imperturbable...
La cuerda de los días tirando del silencio...
Después, ya nada importa.
III
Del camaleón se aprende a sacar bandera roja,
luego a mudar la piel cuando todo termina,
después hay que seguir secándose a la nada
hasta ahogarse en su fondo.
IV
Y que Dios con su aceite nos engrase la vida
o nos cure el eterno desvelo del enojo
que mueve la veleta del tiempo interminable
en que se pudre el triunfo.
V
El destierro se aherroja en largura de espanto
al paso de uno mismo al borde de la nada.
No hay ventanas ni puertas, ni zapatos que lleguen
al origen del sueño.
VI
El rescate se pierde en la aleta que boga
sin relevo que salve la agalla moribunda.
No hay dársena ni puente en el fondo del vaso
que miente su egoísmo.
VII
Tan solo, allí en la noche al final de la huida,
el remo de la luna que mueve las mareas
y destapa el gemido profundo de las olas,
viajando al fin del mundo.
María Eugenia Caseiro
16 de junio del 2010
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