Carlos López Dzur [Narrador, filósofo e poeta Caribenho]
website: Rayos por celo de tu cuerpo
El gozo madrugó.
Dejaré que se acomode en palabras.
Que en la garganta rece,
pero que sea profundo como la sumisión
de la noche. Bendigo el shajarit.
y con mi rezo el Alba.
Me emociona cómo se refocila
en la mañana del Shajar
con el primer rayo de luz.
Avanzó la shekiá,
con el costal de afán de su día.
El gozo lo sudó, horas tras hora,
y se dispondrá a ir a casa
con la puesta de sol.
La hora de Shaá
se mide precisa con doce
unidades de sol del Shaá Zemanit
de mi pueblo.
Bendigo los ojos que dan
su luz cansada, el filtro de su pálpito
dentro del pecho que adereza
el tefilá, mi oración
que no asoma a mis labios
porque aún no es tiempo estipulado,
Sheló Bizmaná de mi alegría.
Van otras gentes, obreros
repicando campanas
mas todavía no
las campanadas mías.
SHOMEA KE' ONÉ
dice Shem y con ello, mi nombre
y si en tu nombre, HaShem, se aliara
el mío y en el Nombre
de los nombres de todos, quienes
desean ser Tu pueblo,
hijos y hermanos, seres vivos
en un mundo de muertos,
está mi nombre,
si está diferenciado como quiero
y separado de tribus de autómatas
inalcanzado por egoístas, envidiosos,
traicioneros, jaurías que comen
despojos, hienas sordas, ruidosas,
carcajeantes
porque al Nombre lo quiero recitar
como si fuese nuevo,
lejos de la codicia de los nombres
de otros que comen deshechos.
HaShem, lo quiero oír como si lo leyera
de Tus labios, como si lo dijeran
los míos; lo quiero escuchar
atentamente, oh Shem,
mi nimbre en Tu Nombre,
HaShem...
Mi ofrenda es ésta, visión mediana
de tu manto nocturno
y tus estrellas vivas.
Pensará en tí
hasta el despunte del alba
como piensa el poeta que oyó
el secreto de Jash, el Silencio
y quedó ciego,
urgido sólo de tus estrellas.
Y cuando acontezca el primer fulgor,
después de confesar mis transgresiones,
tener ojos remozados ante lo que eres,
ojos atentos, ver por gracia
de la Tzet hakojavim que llenará la noche.
Mi ofrenda después del Ocaso
y la Vidui, es mirar Tu Cielo,
ver que salgan las estrellas, tus ojos,
y se metan en los míos hasta el Alot Hashajar,
el Despunte del Alba.
No tengo otro ritual.
Cada mañana, me das la energía
del sacrificio, paladear una palabra nueva
con qué fundar la vida y salir
de la ignorancia y la angustia
y negar la naturaleza de artificio
que me llama a su abismo
como Am Haaretz.
Cada mañana es un heroico día
que sobrevivo y hago un sacrificio
matutino, memorante,
¿qué dijíste ayer,
en noche con estrellas en mis ojos?
y te devuelvo las estrellas
con esperanza de que vuelvas
a entregarlas en la noche.
Cada mañana venzo al ignorante
de mí, con sólo recordar
que no deseas el diario abismo
llamado Am Haaretz.
sobre esta base práctica y recíproca del Tikkun
seré entonces recíproco.
No me hagas esclavo ni el pie del opresor
permitas sobre mi garganta.
Haz el amor mutuo, misericordioso,
auxiliador, respetuoso, fidedigno
con todos los agentes, copartícipes
de las mismas misiones.
Así merecerás este primer nombre
con que te conozco, Arevút Hadadít
y con la mutua confianza de querernos,
me sentiré el enviado,
criatura con que agencias
cosas y pides mis labores.
Así, todo lo haré con regocijo
porque soy tu Sheliaj.
Y ambos Compartimos la responsabilidad
de amarnos, de edificar,
de corregir, de co-recrear el mundo
si lo único perfecto fue el amor.
El servicio a Quien me creara
(HaShem, Su Nombre)
es la servicialidad, Avodat Hashem,
decir 'yo soy criatura
y se me está creando todavía,
y hacer es canto
que sirve a comprenderte.
El servicio de comprender
Tu Nombre, Su Nombre,
Nuestro Nombre, HaShem.
Una persona hostosiana es parte
de Tu Nombre
humanidad en proceso,
que aún no se finita
y va co-participemente
del cosmos-formativo hacia
un Rostro infinito de Tu Rostro.
Avodat Hashem, decir
yo doy Mi Servicio al Creador
y darlo a seres, a todo lo indefenso
en concreto, cotidiano, ejercicio
quita tristeza al mundo
porque hay muchos rostros
de duelo, nubes negras,
por muchos josé / benjamíes / vendidos,
chispas caídas a cazar / rectificando
la selva de lo oscuro y avodat
que ayude a levantarlas
con el canto del servicio.
BARUJ SHEAMAR
El Creador es quien apura
su afán por el rescate, servicio
que derrama deseo,
Avodat Hashem. Baruj Atá, Tu Nombre,
Hashem y servicio de canto
que meramente repito,
Baruj Atá, Hashem,
porque tu Servicio se emitió primero.
Sea lo que digas Tú
mi apertura de pesuké
para Avel-Avelim / el encuitado.
Con gran amor
Ahavá Rabá Ahavat Olam,
derramaré mis bendiciones.
los pesuké de zimrá
y servicios del Bendito Seas
de la Mañana a la Tarde.
No tengo setenta bueyes para hacer sacrificio en Sukot
y qué bueno que no los tenga ¡Jas veshalom! /
no lo permita Tu Cielo
porque estarás hastiado
de sangre, como yo, y el trransgresor ya mata
más que bestiasy bueyes.
Sus guerras siguen
y a nuestro mundo
e inocentes diezman.
¡Que bueno que no me exijas ya setenta sollozos
ni 70 naciones ni lenguajes para que diga
mi poema más puro o te ofrezca
ofrenda de paz.
¡Qué bueno que no me pidas que sea siervo
entre 70 almas que descenderán
otra vez a Egipto y ni pedirás
que escriban como poetas
las 70 palabras del Kidush!
Mi súplica es cada vez más sencilla
que tu mandato a 70 ancianos elegidos
por Moisés, o explicación de tus 70 nombres
por 70 sabios del Sanhedrin.
¡Honra los 70 sollozos y dolores de parto
de tu Mashiaj y házlos breves
como la semana de mis plegarias silenciosas
con el corazón arriba y los ojos abajo!
¡Contaminada está la senda
de quienes se llamaron siervos en Tu Nombre
y son el establecimiento impuro de Asur.
Todo lo prohibido tocan con sus manos
y codician con los ojos, todo lo sordo
de la oreja les resuena en argollas
de Averá / transgresión y crueldad.
Contigo no han sabido
cómo originar la Libertad y la promesa
porque son del Baal Keri,
imperio oscuro sin llama,
Asur, lo Prohibido.
Toda la justicia de Tu Mensaje
la tornaron en maldición,
berajá vana,
levatalá, flatus vocis.
Hogar en luto, todo mi planeta,
Bet Haavel, el reino en duelo,
este incompleto mundo
de zaherido porvenir.
El ojo no observa bendición
y, como los ojos de Jacob
que con bondad miran a la vida,
son muy pocos.
Con lágrimas ni el ojo bueno y en luto,
sirve, si que con setenta sollozos
del alma marcan la mejilla
como el Mar Rojo abierto.
Casa del enlutado, ciudad en duelo
mi pueblo, que perdió el ojo buscador
y el pastor que van al risco
por la oveja en descarrío.
Con las manos vacía llega el que fue
por alimento, con angustia, el peregrino
regresa y su dolor es más hondo
y su fe tocó el esquilmo.
Bet Haavel, el reino en duelo,
Bet Haavel, ecocidio,
Bet Haavel, desamparo
Bet Haavel, hecatombe
del alma y el cuerpo.
No tiene sentido un mundo
al parecer hecho para la muerte
y la infracción en vano,
y la continua tristeza y el luto.
Ante mundo en que no pueda bendecir
y todo sea sacrificio, ofrenda en vano,
mi oración es gemido de levatalá.
¡Tanta acción en vana gloria!
¡Maase de trunco sentido,
hechura en levatalá! En levatalá.
¿Dónde ángeles que traigan
la coherencia que nos falta
en el reino, donde los Malajim
que detengan a manupuladores en Mit’asék
si para el sinsentido se amasa
la materia y el proyecto que culmina
en despropósito?
¡Tanta acción en vana gloria!
¡Maase de trunco sentido,
hechura en levatalá!
En levatalá.
Dáme y házme difundir pizca del resuello
de la canción si es Sagrada,
que oiga a tus pies,
previo al enigma del mensaje,
aunque sea yo el más tonto,
Eno Baki,
quien no sabe leer,
quien no adquirió el todo del Tratado.
Que no se ofenda conmigo
el grupo de Mefarshim / el que toca profundo
en la raíz, el que tematiza con rigor el sustrato.
Dáme el espacio humilde del resuello
en la canción, el discreto masajet,
caricia del ángel que susurra
para quien no puede rezar
porque es ignorante, eno-baki
que no lo quiso él así y batalla el oír
y un derecho a los cantos.
Házme el que sabe oír,
terco que con ahincos aprende
aunque no sepa ver,
y sea quien más lento va al caminar.
Házme el que sabe sentir,
y oralmente bendice, aprendió el Lebarej
que no importe que sea
el menos alabado por pensar...
Con la minjá en la tarde meditaré
cuál es el lugar que se me deja
si no soy poderoso para nadie.
No se me toma en cuenta
y se me oprime.
Y aún para aquellos que reclaman
a Makjut como su reino / en un largo día
me muelen, le quiebran a mi razón
los huesos. Me escarnecen.
Rezo en la tarde / Eizehu mekomán
en qué lugar, si no se honra al espíritu,
es que el opresor declara:
Iehí Ratzón
Que sea la voluntad Divina
y Maljut el Reino.
Meditaré si van a seguir diciéndome
hermano y llamar a su dios
Justicia / Misericordia / Señor
en sus tratados y como tipo y sombra
de sus gesticulaciones
hacen de mi tarde la muerte
y le quitan el gozo y virtud a la mInjá
que el Dios mutuo / por su nombre,
pidió como reflejo de Midat harajamim,
piedad y misericordia.
El olor de mi Señor es grato como el de los jardines
y él distribuye el kavod, el Honor de su Aroma
y me llama «Hijo de su Olfato»,
émula de su afán jardinero..
Huele la aroma grata y yo le llevo flor de mi canto
y me dice: «Súmala a mis jardines;
siémbrala para que vibre con su olor
la tierra buena y fructifque
entre sordos a quienes también
exhorto Ven, huele mi ofrenda
y suma para mí más aroma,
cultiva flores como plegarias
y les digo: «Ben», uno por uno,
vengan, hijos míos,
con Kavod de Honor los amparo.
Y manda a otros con el mismo ruego
y con 70 almas judías descendió
hasta el Desierto, donde no creció
su aroma por causa de Juicio estricto
en el Midbar / donde el agua de bendición
no abunda y sí lepra y llaga y plaga
por desobediencia y Mizbeaj
que se edifican por engañoso preceptos.
Con este mensaje unificador, también voy
a los sordos de Jeresh, sordos e ignorantes
de Am Haaretz, torvos que carecen de olfato
y se apresuran a sembrar en el desierto
donde el agua no mana; pero yo
les hablo sobre los jardines
y de un olor más grato que la piel de
Metzorá, el Leproso.
Y se me llama Hiatom / el huérfano
quien en vano predica en el Desierto
quien no hallará quien le oiga
le crea / le confirme.
aunque se trate del Aroma de; Padre
que perdieron y no abandona y bendice
y llama Sus Hijos todavía /
Ben de Kavod, Ben de su camada
y atractiva simiente alusiva a culturas y colores,
hijos todos como del alcoiris
y colores todos que hijifica
en los prismas cristalinos cuando lis penetra
con el rayo de su luz tan pura.
Su esencia es aflicción sobre la isla.
Et tzará es mi dolor institucionalizado.
Mi dolor histórico.
Mi noción de hombre en cadenas.
Contra este tiempo de zoozobra
no puedo otra cosa que pedir rebeliones,
actos supremos de sacrificio
y de valor, pero estoy grilletes
y la moral en et tzará es baja.
Es hambre de pan físico
y pan espiritual. Por eso duele.
Quisiera pensarlo de otro modo.
Que Et tzará es ficción que vence
mi alegría, mi potencial de conjuro
en días de Carnestolendas,
en conmemoración de todos Judas y traidores
que hasta hoy nos han vendido
y nos siguen vendiendo.
Pero el dolor histórico,
en ausencia de libertad,
quita paz, quita vida, quita presencia.
Entroniza el sentido de postración
que nos humilla como pueblo,
a las fuerzas económicas del Mal,
canallas de envergadura, hijos de Jurbán /
la Destrucción, desorganizadores,
parásitos de Tinieblas,
Joshej de sombras,
Jametz de Levadura,
edificadores de Gehenó,
Infierno que nos distrae e interrumpe
y hace que pase el tiempo
para nuestra deshonra...
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2 comentários
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