A Víctor Jara
¿Qué mal me sabes
o qué mal me sales
canto?
¿Qué bien me canto?
¿Y qué metas
canto
hará brotar?
Asaltante
Robar un Banco
es una experiencia poética
Y aunque te atrapen
o sólo te frustren
implica una incursión en la experiencia
fallida en sus versos finales
el dichoso remate
o botín
El asaltante de Bancos
como todo poeta
infiere en acto su cosmovisión
trasfunde el paisaje
crea el asalto
Allí donde establecidos
violan los banqueros
los banqueros
son violados
Adviene el simulacro
de un rayo de equidad en la venganza
cuando prodúcese el asalto
Arriba una repentina justicia
reparadora en el inconsciente social
Subvierte
& consuela
Finge
“la violencia de abajo”
Cuanto más preciso y económico
el asalto a un Banco
cuanto más sutil
más honda irradiación:
mejor humilla a los amos
del dinero y de todo:
los perversos prosaicos
Para el asaltante
-el Poeta de Bancos-
su consagración
es la impunidad.
Espacios destinados
Los ancianos, los que lo albergan todo
con sabiduría o sin ella
merecen su rinconcito:
el rinconcito de los jubilados
(dentro de un programa radial de varias horas
en un magazín televisivo
en una revista o periódico de gran o ínfimo
tiraje)
La poesía también lo merece:
que en algún estante de cualquier librería
al fondo de la librería
abajo y en un ángulo
hallemos allí a la poesía:
donde se lo merece:
su rinconcito.
Desde cuando fui
Desde cuando fui
el Recitador Escolar
implacablemente conmovedor
representante de mi sexto grado
ante una audiencia predispuesta
a los versos de inexorable tragedia gauchesca
de mi tío Gerónimo
retorno al escenario de ese éxito
-o fenómeno-
inesperado
Desde cuando fui
El Fotógrafo Cargado
con película sensible
y retrataba compañeras
de estudio, de trabajo
de mortalidad, de inmortalidad
conservo
además de los envases (Kodak, Fuyí)
de los rollitos
las entrañabilísimas
copias de contacto
Desde cuando fui
o pude haber sido
El Cirujano Poetón
conservo
-entre otros instrumentos-
el bisturí
al que eran tan afectos
-y con quien eran afectuosos-
mis Fantasmas.
A Isidore Ducasse (Conde de Lautréamont)
El Lector (que no siendo lector)
le abre la garganta
(crea una raja en la que introduce
el arma, rápidamente irreconocible)
El Lector
(impulsado por su iniciativa
o inclinación analfabeta)
le abre la garganta
al volumen
(y así sustrae la urgencia de esos
exudados de animales marinos)
Su despliegue crea la garganta
(la condición que alberga
-rápidamente irreconocible-
el arma)
Ejecuta el desgaste
(y así promete la temporalidad
los plazos de la insanía)
con destreza aciaga
El volumen carga
(contra, frente, ante).
Para la literatura
Más vale cortar por lo enfermo
-para la
Literatura-
que por lo sano
Más vale resarcir con males
o
literatura
que con dinero
o bienes
y más vale quemarse en un juego asociativo
Más vale no valer
-para la
Literatura-
que valer.
Yo soy en el medio
Por lo que autor
(la continuidad)
yo soy en el medio un conturbado
a primer amago de roce de la apabullante gozadora
Gravitando en algún roce sobre ti
lector y malentretenido
logro socializar la varita
mágica del hada.
A Charles Dickens
El don concedido (en “El Hechizado”) el don
[esparcido y anulado el don
el espectro de Jacobo Marley asustando
[departe sobre pesadísimas cadenas con
[Ebenezer Scrooge asustado
transcurren los cuatro cuartos de hora de
[Trotty Veck y sus campanas
Oliverio Twist reza en el cementerio
Tomás Vago el polemista desengañado por la
[perfidia equina goteaba y Francisco
[Buenchico en descansada jira goteaba
[también
hidalgos y coroneles y princesas infantiles de
[vacaciones
mientras el señor Pickwick paladea su coñac
[con agua caliente
Mariana y Engracia (inmersas en la batalla de
[la vida) y los renunciamientos
el clérigo de la cortedad de palabras Jorge
[Sílverman diseña no obstante palabras y
[se explica en los nueve capítulos de su
[novelita
maese Humphrey habla desde junto a su reloj
[al amor de la chimenea
el Cosario y Cañamón rompen a bailar entre
[cricrís y ollas ronroneantes
y al punto se edita y con dibujos y, asimismo
[se lee lo hasta aquí asentado por este
[corresponsal londinense de “El Balido de
[Lloronchisme”.
Recobra
La página recobra
unanimidad en el asco
recobra
un invento divino:
la anguila lánguida
Alquila bordes a los satélites
recobra entrañas:
¿néctar o fuga?
Ante
Bien soñado
antediluviano
Bien venido
de los estragos del diluvio
Bien venido de diluvio
Bienvenido escritor
anteclásico.
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