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La tragedia de saber que el Estado goza de cabal salud mental [Juan Mireles]

La tragedia de saber que el Estado goza de cabal salud mental


Para algunas personas, los demás (nosotros) somos “algo”, cifras, objetos que pueden y deben contabilizarse; nos deshumanizan para poder manipularnos como si fuésemos piezas de un juego al que no fuimos invitados a participar, al menos, no de esta forma. Cierto, al estado le dimos un poco de nuestra libertad para que nos protegiera de nosotros mismos, pero eso no significaba el cederles nuestra individualidad por completo. El Estado ha sido ventajoso a ese respecto, pues al día de hoy, nuestra condición de individuos libres queda en entredicho, ahora, el Estado es el que nos ha dejado, solo un poco de libertad y nos hace creer que ellos son los únicos que pueden otorgarnos esta famosa libertad, y todo esto no es sino parte del juego en el que lógicamente resultamos fundamentales para la composición y el desarrollo de ese Estado que a diario maneja a su antojo a esas figuras sin nombre, sin voz, sin cara, sin recuerdos –los ciudadanos, algunos les dicen “pueblo”, pero la palabra pueblo es tan abstracta que ella misma se anula al no tener claro a cuántos y a cuáles cobija) que somos nosotros y que estamos sobre el tablero acartonado tridimensional llamado país (cualquiera que este sea, México, por ejemplo) que han construido encima de la naturaleza, la nuestra.

Los que juegan son identificables (me limitaré a adjetivar a los actores que conforman el Estado): seres indolentes, engreídos, acomplejados, miedosos, mitómanos, manipuladores, vacíos (¿algún día saciarán su sed de poder, esa hambre que no satisfacen hasta devorarse a sí mismos?); demagogos, farsantes, enmascarados, traidores, violentos, pendencieros, deshonestos; hay los que se creen seres divinizados, hay los que se sienten apóstoles. Pero no se preocupen, señores (¿señores?) del Estado, la ciencia, la psiquiatría, los justifica; es decir, su falta de empatía –y todo lo que provoca esa carencia- no es ninguna patología, no, ¡es una forma de ser! ¿No es maravilloso? Son incurables porque no sufren ninguna enfermedad mental, o sea, la psicopatía no es enfermedad, así que tranquilos ustedes, y muy nerviosos nosotros, sí, muy nerviosos debemos estar porque ahí radica el problema: nunca van a cambiar, el Estado nunca dejará de ser lo que es porque no padece de ningún mal: está sano, ¡más sano que cualquiera de nosotros! ¿Qué hacer entonces para contrarrestar su forma de ser? ¿Qué hacer cuando el Estado es como es y no hay más qué hablar? ¿Qué hacer al ver que no cambiará porque no tiene nada qué cambiar? Es básico si lo reducimos a dos personas donde chocan ambas personalidades por ser diametralmente opuestas: ambos no dejarán de ser de la forma en que son, no pueden ni concuerdan en ningún punto, y su lenguaje corporal a uno le repugna de la misma manera que al otro, entonces rompen, se alejan, y cada quien se pierde entre los demás; no se vuelven a ver y se acabó la historia, cada quien se queda con sus demonios, pero y qué pasa cuando ese otro es el Estado, ¿cómo darnos la vuelta e irnos? ¿Cómo dejarlo? ¿Cómo podríamos separarnos de él? ¿De qué manera podremos alejarnos de este monstruo tan nocivo? Algunos pensarán que es un mal necesario, después de todo la mayor función del Estado es la de ser administrador, pero ni eso está haciendo bien; es decir, ya no es siquiera un mal necesario, entonces ¿para qué mantenerlo de la forma en que está establecido? 

Habría, entonces, que estar pensando en una nueva forma de vivir en sociedad y de administrar ésta; habría que pensar en una nueva forma de gobierno. ¿Se puede pensar en el socialismo como la forma de gobierno ideal? Pero el propio Marx pensaba en que “el socialismo no está antes sino después del desarrollo”, y qué lejos estamos del desarrollo tanto en lo colectivo (nación, país, estado) como en lo individual (el individuo, el ciudadano): sería imposible, no es viable.
En definitiva: son tiempos que nos obligan a pensar, teorizar, liberar ideas, desarrollar hipótesis sobre el tema; la lucha es interna, el desarrollo, las respuestas están dentro de nosotros mismos, hay que ir a su encuentro.

Dejémosles herramientas, elementos, bases firmes a las generaciones siguientes para que ellos puedan trabajar sobre nuestros aportes, porque nosotros ya estamos jodidos, no hay futuro para nosotros, pero sí para ellos, para los que no han nacido; no seamos egoístas, no hay que guardarnos nada. Démosles todo a los que apenas serán, y que ellos desarrollen ese mundo pacífico (no completamente pues para ser totalmente pacíficos tendríamos que dejar de ser humanos como bien dijo Schopenhauer) que al día de hoy, a nosotros nos parece utópico e ingenuo, y con justa razón.


Juan Mireles  - Escritor (Estado de México, 1984) y director editor de la revista literaria y de arte Monolito (México).Ha sido publicado en la revista española Palabras Diversas (España), Letralia (Venezuela). Cronopio (Colombia), Cuadrivio (México), Punto en línea (UNAM. México), Justa Revista Digital de Editorial Jus (México), Radiador Magazine (México). Revista Anomalía (México), Revista Biografía (Brasil), Cinosargo (Chile), La ira de Morfeo (Chile-Argentina); Agrupación Puerta Abierta Chile-México. Letras de parnaso (España), Nagari (EUA), Los sábados, las prostitutas madrugan mucho para estar dispuestas (España). Almiar (España). Suicidas sub 21 (Perú); suplemento cultural La Jirafa del Diario Regional de Zapotlán, Jalisco. La pluma afilada (España). Revista Inopia (Puerto Rico). Textos suyos han sido integrados en la antología Memoria 2012 del club de escritores Palabra sobre palabra publicado por Editorial Círculo Rojo (España). Prologó el libro premiado Job aterido del escritor español Javier Sachez. Editorial Seleer. España. 2012. Participó con el ensayo “La violencia como producto de la sociedad” en el Segundo Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez, simultáneo Colima. Formó parte del jurado del I Premio palabra sobre palabra de poesía. Mantuvo por un año (2012) el espacio Cuentos que me cuento en la web española (ya desaparecida) La pluma afilada (España). Actualmente mantiene una columna semanal en Revista Biografía (Brasil).Blog personal: http://wwwjuanmireles.blogspot.mx/ 

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